domingo, 27 de marzo de 2016

Sueño de París: embriaguez, delirio o agonía

Sueño de París o Sueño parisiense es uno de los poemas más significativos de los incluidos en la segunda parte de Las Flores del Mal, titulada Cuadros de París. En el sueño el poeta presencia un paisaje terrible y admirable, pleno de magia, y en donde no aparece ningún elemento vegetal.  Solo aparecen en él tres elementos: el metal, el agua y el mármol.



El mundo descrito por el poeta es su sueño no corresponde a ningún espacio del mundo real, sino al mundo de las obras de arte: el oro de las imágenes, el mármol de los palacios encantados, el agua, los lagos y los mares de las leyendas fantásticas, y que los románticos habían asociaban con los viajes en barcos embriagados de locura; en el sueño abundan los océanos distantes, las piedras mágicas de Oriente, la estatuaria que reproducía en medio de fuentes y cascadas artificiales la mitología antigua y la belleza olvidada.




Se trata de un mundo creado por el sueño, por la fuerza de la voluntad, que no brilla por la existencia de astros, sino que destella por su propia naturaleza en donde la luz deriva de la extraña lucidez perniciosa que producen las obras de arte.




Todo es de una belleza dolorosa. En medio del sueño, se habla de la monotonía embriagante, de murallas metálicas, de estanques dormidos en donde se miran náyades gigantes, de un universo que se extiende por miles de leguas, del hielo absorto, de Ganges taciturnos. Todo apunta a lo bello, a lo grandioso y al mismo tiempo al abatimiento; pese a lo luminoso, el poeta recorre estos mundos silenciosos que se despliegan impávidos ante su mirada. 




¿Qué ve el poeta al terminar el sueño? ¿Qué observa al despertar? El poeta habla del horror de su cuarto, de la inquietud que lo aguijona y del péndulo (de un reloj) que le recuerda que es pleno mediodía. Y sin embargo, el mundo, el real, no el del sueño, sigue sumido en la oscuridad. 



En los cuatro poemas que Baudelaire titula Spleen, en la primera parte de la obra, Baudelaire ofrece cuatro retratos de ese mundo de pesadumbre en donde languidece el alma del poeta. Pero, ¿acaso el mundo del arte ofrece al poeta una salida? ¿Qué revela un poema como este sobre la condición del poeta? ¿Qué otros poemas de Baudelaire ahondan en este mismo sentido? ¿De qué crisis y agonías habla el poeta?


47 comentarios:

  1. El Albatroz , es otro poema que gira entorno al problema de la existencia del hombre; una reflexión que se puede interpretaar en este poema ,es que tipo de pájaro queremos ser , aquel que esta arruinado y pisoteado por los marineros o aquella ave majestuosa de alturas inimaginables que vuela con esplendor.La poesía ofrece una nueva recarga de energía para aquel ser que se encuentra en el spleen, y que a pesar de lo duro que resulte el oleaje, la marea , los vientos siempre hay que seguir navegando en este océano TAN INMENSO QUE ES LA VIDA Y LA EXISTENCIA HUMANA. El poeta es un ser trastocado por la realidad y de cierta forma se encuentra en protegido por la poesía para afrontar la realidad, trasformándola y convirtiéndola en arte.

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  2. Con respecto al poema mencionado "Sueño Parisense" y entorno a las dos preguntas planteadas ¿Qué ve el poeta al terminar el sueño? ¿Qué observa al despertar? considero que, en primer lugar al terminar el sueño el poeta se da cuenta que todo es agradable visualmente pero hay un silencio absoluto es decir que le hace falta el sentido auditivo; puedo decir que en una parte del poema se hace referencia a que no hay naturaleza y como tal cuando no existe este valioso elemento se pierde la esencia y los sonidos vitales que esta trae consigo mismo, es decir poder oír aves, o el sonido del viento, o el sonido que produce los árboles o el agua a la que el tanto hace referencia, para el poeta todo es maravilloso desde la perspectiva visual, pero con la carencia del sonido, es decir que todo está representado en un silencio absoluto.
    En segundo lugar el poeta al despertar del sueño entra en un estado de spleen es decir que se encuentra con una realidad diferente a la que había soñado, todo es diferente, más oscuro, se vuelve más existencial por eso se habla del spleen porque regresa a una realidad de la que él no se siente partícipe, porque se siente cansado de esa existencia en la que vive realmente y de la que se alejan sus sueños.

    Johan Sebastián Cifuentes - 20122160048

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  3. El poema sueño de parís aborda un tema central el cual puede ser visto como la muerte o la existencia del ser humano, haciendo analogías como la naturaleza del arte para dar un profundo entendimiento de lo que rodea al hombre y como este lo percibe ya sea mediante sueños e ilusiones, este tema también se puede tratar en el poema LA MUERTE DEL POBRE donde la ilusión e imaginación resaltan mediante temáticas diversas como ya se resaltó “la muerte” un sueño o suceso irreal que logra captar la esencia del autor hacia el mundo que lo rodea, expresado en acontecimientos tan improvisados y salidos de la realidad que se puede categorizar como una visión distinta de percepciones mundanas. Para el poeta comprender la ilusión, imaginación y todo lo salido por fuera de lo que obedece como normal es una salida que puede dar a conocer los sentimientos o expectativas más profundas de cada ser sin necesidad de ser tildado como un perturbado por la sociedad tomando como crisis el existencialismo y la forma de ver el mundo diferente al que se conoce y la forma en la cual el ser humano puede subsistir en él.

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  5. Diego Sànchez Bedoya: la vida de la ciudad parisina del siglo XIX que habito Baudelaire es retratada de manera peculiar, singular y que a su vez representa lo irónico y delirante, lo lleno de dulzura o lo matizado por la crueldad, de la vida moderna y abstracta expresadas en obsesiones y anhelos del poeta. En el poema las multitudes, el poeta describe su relación y pensamiento con y sobre la ciudad, la muchedumbre. " Goza el poeta del incomparable privilegio de poder a su guisa ser él y ser otros. Como las almas errantes en busca de cuerpo, entra cuando quiere en la persona de cada cual. Sólo para él está todo vacante; y si ciertos lugares parecen cerrársele, será que a sus ojos no valen la pena de una visita"

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  6. Lorena Robayo Garzón
    ¿Que ve el poeta al terminar el sueño? El poeta observa oscuridad o un vacío el cual está representado por la ausencia de astros o soles los cuales evocarían alguna forma de luz. Simplemente la sensibilidad visual del poeta permite ligar a una emoción análoga al silencio.
    ¿Qué observa al despertar?
    El poeta al despertar se enfrenta a la realidad de su existencia y en sus ojos refleja un paroxismo a esta. Percibe una intranquilidad en su ser o en algo representado como su alma de la cotidianidad monótona que lo invade.
    En el sendero del sueño al despertar el poeta entra en un estado de spleen donde razona vagamente su realidad “muy real” sin que para él sea tan real y propia.

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  8. Sueño Parisiense es un poema referido al arte y entre sus formas de expresar se revela un simbolismo rico. Sus referencias a la arquitectura y a la pintura nos ponen en la contemplación del paisaje cultural como oasis del poeta, donde no existe el tiempo. En el poema se contrapone la realidad y el arte. La realidad como la maldición del poeta y el arte como un mundo construido por los caprichos del artista. Un mundo con libertad.

    Frente al Spleen de la vida, en varios de los poemas de Baudelaire se evidencia la condición del poeta. Por ejemplo, El Deseo de Pintar o Las Vocaciones. En el primero dice: ¡Desdichado tal vez el hombre, pero dichoso el artista desgarrado por el deseo! Allí, el arte es como el relámpago que ilumina en una tempestad (realidad), como la luna que embriaga, vencida y rebelde. El artista tiene las ganas de morir contemplando el arte. En el poema las Vocaciones, existe un destino de los hombres y un destino del artista. La de los hombres está llena de Dios, de emociones y experiencias. Sin embargo, el destino del poeta está en ser un sujeto incomprendido por la sociedad, aislado de los demás, que siente las indiferencias de la multitud.

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  9. Baudelaire en Sueño Parisiense enfrenta al lector a la contraposición entre dos mundos diferentes: el mundo del arte y el mundo real. Baudelaire "pinta" su sueño, y hace que la belleza y el dolor sean dos elementos que conforman ese cuadro donde no hay vida ni luz externa y absoluto silencio (como sí lo habría en la realidad) sino que hay representaciones e imágenes de alusiones a pinturas, esculturas, arquitectura del arte antiguo.
    Y en ese sentido, despertar en su habitación lo trae de regreso al mundo de la realidad, un mundo de horror, de inquietud del alma, el embotado mundo.
    El poeta entonces había escapado a través del sueño a ese mundo del arte (que no lo hace tan desdichado como el de la realidad); donde lo que abunda es magia, monotonía, una oscuridad clara, ausencia de vida, de luz, de ruido...pero todo aquello mágico y maravilloso. El retorno al alma que habita el mundo de la realidad, es entendido por el poeta como un suceso más bien fúnebre.
    Ahora, con ello en mente, retomo la pregunta: "¿acaso el mundo del arte ofrece al poeta una salida?"

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  13. Teniendo en cuenta las dos preguntas planteadas ¿que ve el poeta al terminar el sueños? Y ¿que observa el poeta la despertar? en el poema "sueño parisiense" el autor al terminar el sueño ve los vestigios de un mundo desconsertante (el mundo del Artista, el mundo del arte) un milagro visual donde los objetos tienen formas colosales aunque en cierta forma desprovistos de forma y color y esto lo atestigua el Silencio absoluto en el que están inmersos.
    En cuanto a la Segunda preguntaba, lo primero que ve el autor es su buhardilla, tal vez un sitio miserable, prueba y lazo con la realidad en la que vive y fiel testigo de que lo mágico (arte) solo se encuentro en la imaginación y los sueños.

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  14. En “sueño parisiense” las imágenes danzan y adquieren un valor simbólico particular evidenciado en las alusiones que Baudelaire realiza al arte y la mitología. Es reiterativo en la representación del metal, el mármol y el agua que son elementos fundamentales en el arte grecolatino. Podría decirse que el mármol principalmente interviene en el acto de inmortalizar. El mármol en la antigüedad suele someterse a la técnica del trabajo manual del cincelado para modelar la figura de los dioses.

    Baudelaire dota de importancia a los sentidos que para este caso sobrepasan lo simplemente humano o terrenal. El sueño es abundante de caminos en donde se saborea del cuadro, se observa a las ninfas, se percibe el reflejo del agua y el silencio de la eternidad. Sin embargo, el encuentro insólito con lo real lo trae de regreso, el horror adquiere el lugar del sueño y lo sutilmente perceptible desaparece.

    ¿Qué es lo que observa en su retorno a la realidad? Esa decadencia absurdamente redundante en la que se sumerge el ‘poeta’. En “Spleen” por ejemplo, muestra la imagen del hombre agobiado, triste, nada sonriente, sumergido en la total desdicha, el cadáver del poeta que parece no revivir. La pregunta sería entonces ¿Qué hay más allá de esa particular figura del poeta marchito?

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  15. Quizá uno de los temas más importantes y que tienen lugar en el actuar humano son los sueños, allí figura parte de las emociones más enterradas en nuestro subconsciente y lo vivimos como una realidad alterna. ¿Será acaso una forma que usamos para expresar nuestros más remotos deseos, sean estos buenos o malos? Pues en este poema toma como partida la suposición del aterrizaje en un sueño, un paisaje horrible. Es un sueño del poeta repleto de anhelos que son milagros y le da al poeta la posibilidad de disponer de la materia gris, oscura y fría, puede disponer de ello sin tener que acudir a la realidad. ¿Qué ve el Poeta? Un mundo vegetal lleno de temporalidad, de reproducción, de nacimiento y muerte. El mundo del sueño eleva al poeta a los metales, las piedras preciosas, nos invita a una eterna distancia donde el tiempo lucha contra el tiempo.

    ¿Qué ve el poeta al despertar? Se reencuentra con su "Spleen" con su tedio, con sus aguas pesadas, el sueño aquel no ha sido capaz de eliminar el triste mundo.

    En otro poema de Baudelaire podemos apreciar, si es atrevido hacerlo, si no es atrevido también, que hay un recelo por la realidad, por lo vegetal, lo real. En "Obsesión" encontramos pasajes como "Tú me espantas gran bosque, como las catedrales", "Te odio, mar océano..." Podemos notar que hay una locura por encontrar el vacío, el desierto, búsqueda de un alma confundida.

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  16. Laura Angélica Corral Abril-20122160134

    Respecto al poema "sueño parisiense" C. Baudelaire transmite en un tono simbólico la relación del hombre con el arte y el mundo real. Los dos mundos tienen consigo la dimensión de lo oscuro y mostrando consigo la verdad de su arte y su Romanticismo.
    El personaje aquí se puede ver entonces como un interprete de ese mundo de sueños(que quizá no se aleja tanto del mundo real), intérprete visionario que ve allí donde los demás se encuentran perdidos y ve algo mágico y hecho para vivir.

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  18. Con respecto a las las preguntas ¿Qué ve el poeta al terminar el sueño? ¿Qué observa al despertar?
    Pienso que el poeta durante su sueño se encuentra sumergido en el mundo de la fantasía, del arte; un mundo de ensueño y de belleza, un mundo ideado por él. Sin embargo cuando el poeta despierta ve el horror del mundo real, es decir, ese mundo lleno de pesadumbre, monotonía y fealdad en el que tiene lugar el abatimiento y angustia del poeta sobre su existencia vacía y efímera.

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  19. Las preocupaciones del poeta no le abandonan. Siempre están a la vista aunque no al oído. No las conoce, por ello le preocupan. Logra desprenderse de sus imaginarios, sus formas de significar el mundo se pierden ante el brillo propio de sus sueños para sorprenderle; el estridente golpe de lo real que lo aleja de su mundo auténtico, de su realidad poética, le enseña su fuente de inspiración, le conduce lejos de la mirada divina y le pone como escribió en su poema "Destrucción" a un costado, donde se agita el demonio.

    Indudablemente la vida de la sociedad parisiense arropa la agonía poética que descubre a Baudelaire en sus fugaces ires y venires, como las olas, como en los muelles, cuando se alejan de estas tierra y acercan a los extranjeros a lo desconocido. ¿Qué le permite expresar el sueño al poeta?, y ¿Qué le sobrecoge en estrepitosa caída al despertar? Silencio, y al mismo tiempo ruido estridente; de las dudas, en las preguntas ciegas del acto consciente que despierta y le muestra la caída.

    Al interior de esa esfera de sentido (el arte) que no se puede quebrar más que adentrándose nuevamente en las profundidades oníricas o en la misma muerte, aguarda Baudelaire, respirando el mismo aire pesado y ruidoso que le persigue.

    Al extranjero el poeta le pregunta qué es aquello que ama más, ¿sus parientes?, ¿sus amigos?, ¿su patria?, ¿la belleza? o ¿el oro? ese poeta que no distingue parientes, ni amigos, ni patria, que odia el oro en su soledad inusitada, que odia porque sabe amar, y como el extranjero ama más que a nada al movimiento, a lo que pasa, a lo que se ve a lo lejos, a lo maravilloso que hay en las nubes, en los sueños.

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  21. El poema Sueño de Paris o Sueño parisiense de Charles Baudelaire, se refleja la importancia del simbolismo, característico del autor, que permite por supuesto su interpretación. El arte y el sueño que tienen que ver con la belleza en tanto las obras de arte, la arquitectura en los palacios y la majestuosidad del agua. Pero a su vez, la vida real sinónimo de dolor, tedio, monotonía, hastío haciendo referencia al spleen y a la realidad el poeta.
    ¿Qué ve el poeta al terminar el sueño? Encuentra el horror del tedio, de la monotonía, es un mundo triste, una realidad triste que lo rodea, su condena y muestra que la vida real es una carga intolerable. El sueño entonces, es el que le da poder al poeta para disponer de aquellos elementos el agua, el metal y el mármol reflejados en el arte y por ende salir del spleen en el que el poeta está sumergido.
    Otros poemas de Baudelaire que ahondan en ese sentido encontramos: “La voz”: “¡Oh ven! a viajar por los sueños, lejos de lo posible y de lo conocido.» y “Sobre: El tasso en prisión”: “El soñador a quien el horror despertara, Tal es tu emblema, Alma de tenebrosos sueños, Que ahoga la Realidad entre sus cuatro muros”.

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  22. Sindy Lorena Murcia Mendoza

    El mundo onírico de Baudelaire, es un espacio de sociego. En él hace alusión a la belleza, aquella que para el mismo Baudelaire estaría reflejada en un mundo mudo cual si fuera un sueño de piedra , como lo describió en su poema número 17, La Belleza, " Soy hermosa, ¡oh, mortales! cual un sueño de piedra
    Y mi pecho, en el que cada uno se ha magullado a su vez,
    Está hecho para inspirar al poeta un amor
    Eterno y mudo así como la materia. (..)" .

    Este espacio subconsciente en el que afloran imágenes que aunque pintadas como monótonas en algun punto por el autor, también embriagan , aquellas imágenes de metal, mármol y agua , que son sobretodo una reiteración de un ambiente de destellos, de luces, de reflejos , que constatan dada la reiteración y constante presencia sobretodo del metal y el agua que a manera de espejos , pueden simbolizar el alma humana , que brilla como un astro , pero con luz propia.

    Una representación del alma del poeta o de la misma poesía hecha sueño y belleza que escapa del mundo real , así al abrir los ojos la vigilia lo traiga de nuevo al consciente mundo de la razón y el sufrimiento.

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  23. El sueño, es el reflejo de los deseos, en donde el poeta vive en su mundo, se quiere quedar pero no es más que un reflejo, por eso al despertar se angustia,pues su refugio ese ese lugar donde abunda la magia, el mito, el oro, el mármol, el agua etc..esa belleza que refleja el arte, lo que más disfruta de ese extraño paisaje, también de la ansiedad mientras se admira de ese mundo, y la angustia de despertarse de encontrar que ese sueño de arte resplandeciente desaparece al abrir los ojos y sólo encuentre la obscuridad de la realidad.

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  24. La expresión de un nuevo espíritu heroico necesita sin duda una forma renovada. Espíritu que lucha por alcanzar –quizá desde la poesía- correspondencias entre la naturaleza y los hombres, entre pensamiento e imaginación, entre los sueños y el nuevo mundo.

    Ahora, es esta ambivalencia del que todavía no se conforma con lo “fácil y rápido” de lo cotidiano su propia agonía y maldición. Pues lo heredado del templo de la inspiración y sus manifestaciones ha sido rezagado por un utilitarismo contundente. Y que Charles Baudelaire lo entenderá como la gran crisis del poeta, de las artes. “Ese hombre solitario dotado de una imaginación activa que ahora viaja a través del gran desierto de hombres”.

    Son estas circunstancias del movimiento de la vida donde el nuevo héroe ya no defiende este mundo pues no le pertenece. De manera que, como el Albatros o la obra de arte de un Sueño Parisiense o la respuesta del Extranjero, la naturaleza de lo bello y trascendente está fuera de y sólo el que es capaz de abrirse al horizonte podrá encontrarse “… entre bosques de símbolos –donde- va el hombre a la aventura, que lo contemplan con miradas familiares”.

    Y aunque se advierta que este contacto es pasajero, minúsculo, tan corto como un sueño a medio día, sin duda es la liberación del Perro que se deleita “con inmundicias cuidadosamente elegidas”.

    Felipe Roa
    20112160054

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  26. El sueño convertido en magia. En donde aquel poeta que admira y se embriaga de aquel ideal, de aquella ensoñación que lo alberga trasmuta en ese brillante y quieto metal. En donde aquel sueño emana su propia lucidez, lucidez que da el poeta a través de las finas líneas con las que traza esa realidad un poco obscura e inamovible y que simbólicamente trasmite en palabras al lector aquella belleza dolorosa que como en el poema del crepúsculo vespertino se vuelve cómplice y amiga del criminal, ya que en medio del sueño el alma es devorada por la inquietud, se fuga de la tierra del horror de despertar. En donde los dos mundos convergen y unen a esa alma que se alberga en esa belleza inalcanzable en el mundo real, esa alma que mejor decide soñar que hace que el poeta recorra los mundos silenciosos que en el fluir muestra la desesperación y la inquietud por ese cuarto que lo atormenta.

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  27. ¿Qué ve el poeta al terminar el sueño?
    Tal parece que el sueño en el que se sumerge el poeta, es un sueño tan placero, profundo y real que al despertar se encuentra de frente con el horror de la realidad. En la descripción que del sueño realiza el poeta nos cuenta de ninfas, cascadas de agua, palacios, esculturas en mármol y metal; todo lo cual se asemeja con la tranquilidad que no encuentra en poeta en la realidad. Este mismo escape lo describe el autor en el poema El muerto alegre, donde el escape ya es definitivo y camina feliz hacia este:
    "En una tierra crasa y llena de caracoles
    yo mismo quiero cavar una fosa profunda
    donde pueda holgadamente tender mis viejos huesos
    y dormir en el olvido como un tiburón en la onda"
    En este fragmento del poema "El muerto alegre", el poeta también expresa esa necesidad de huir de la realidad, pasar a la muerte para poder descansar.
    Se identifica el mismo sentimiento de escape de la realidad en el poema "Sueño parisiense" donde el autor describe un paisaje bello que disfruta que lo acoge y el en poema "El muerto alegre", en este poema el poeta es dichoso en su sueño, busca en la muerte tranquilidad y alegría, la realidad en los dos poemas le genera repulsión y horror.

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  28. Baudelaire en Sueño Parisiense, le da a deslumbrar al intérprete, las discrepancias entre dos cosmos desiguales, como lo son; El mundo real y el mundo del arte. Por un lado, Baudelaire, considera que el “mundo creado por el sueño, por la fuerza de la voluntad, no brilla por la existencia de astros, sino que destella por su propia naturaleza, en donde la luz deriva de la extraña lucidez perniciosa que producen las obras de arte.” Por el contrario, cuando el poeta despierta de su sueño, se encuentra en su habitación, en la cual, lo asecha una inquietud que lo aguijona y en otra instancia, localiza el péndulo (reloj), el cual, le anuncia que se encuentra inmerso en una realidad sin luz, “en un embotado mundo”.

    Otro poema de Baudelaire que escudriñen en ese sentido es; “La voz”: «Son más bellos los sueños de los locos que los del hombre sabio». “¡Oh ven! a viajar por los sueños, lejos de lo posible y de lo conocido.»

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  29. La naturaleza del hombre y las experiencias en la vida misma nos muestran sin duda la necesidad de encontrarle un anhelo, una nueva mirada a lo que diariamente se nos presenta y éste anhelo por lo nuevo es más fácil encontrarlo o hacerlo renacer desde nuestros pensamientos, sueños y perspectivas por lo desconocido.

    Entonces, es desde éste anhelo y desde la inconformidad, que surge la necesidad de refugiarnos en los diversos qué haceres, lugares, costumbres y demás que rodean nuestro contexto y logran sacarnos, aunque sea por mínimos instantes, del día a día y de los placeres o necesidades banales del hombre.

    Ante estas circunstancias, que para nada son ajenas a la gran mayoría de experiencias humanas, es que Baudelaire le hace frente por medio de su escape, que en éste caso es la obra literaria, la imaginación y la creación.

    Yeimy Gutiérrez
    20112160107

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  30. Al abrir mis ardientes ojos,
    Miré el horror de mi cuarto
    Y sentí, de nuevo en mi alma,
    De la inquietud el aguijón...

    Los sueños lugar mágico en donde todo se hace posible, los deseos mas ocultos se proyectan en el visor mental, encuentran un lugar para expandirse y por instantes hacerse realidad, el poeta los encuentra tan mágicos que quisiera estar siempre allí, cada elemento ha de representar en si toda la humanidad, cada creación artística que no necesita ningún astro para que su propia presencia lo haga brillar, lugares inexistentes recorridos, se sienten, se viven y el poeta no quisiera despertar. Todo un mundo real sin luz, una sociedad que aunque pretende brillar por mas que lo intente siempre habrá algo que la logra opacar, no quiere estar allí es por ello que desprecia tanto el despertar y encontrarse con ese lugar que no cambia.

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  31. Sueño parisiense nos ofrece otra perspectiva desde la cual ver el universo, un mundo fantástico, que evoca figuras grecolatinas como la náyade y toma la arquitectura para pincelarnos el gran manantial, puro y cristalino que recubre el paisaje. Es sin duda, un lugar donde Baudelaire quisiera permanecer para contemplar la felicidad absoluta. No obstante, se presenta una pugna o lucha constante entre lo ideal plasmado en el arte visto desde el sueño y la realidad cortante, fría, gris agónica que está viva y latente.
    El sentir sin preocupaciones que se percibe en el sueño aparece en la vida real como algo imposible o mejor inalcanzable: “La calle atronadora en torno a mí gritaba./Alta, esbelta, de luto, mayestático pena,/una mujer pasó, levantando el festón,/meciendo el dobladillo con mano fastuosa;” ( A un transeúnte)Pues la sociedad moderna no tendrá más tiempo para ello. El bullicio en cada rincón de la ciudad, harán “un gran silencio de eternidad”, Los ojos serán los únicos que permanecerán pero el ajetreo de la modernidad no permitirán momentos para la contemplación.
    Sindy Andrea Lucía García C
    2012216010

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  32. Para Baudelaire este poema se transforma en un modo de vida es decir la adecuación a la existencia misma, por lo tanto permanece al margen de entrar en el riesgo del arte por el arte. Donde refleja un verdadero orden de la existencia en el que el poema no son simples manifestaciones de la vivencia sino el existir mismo. Así la presencia del poeta se ve descubierta en la manifestación del propio yo que desaparece y re aparece en la abstracción que tiene sobre el mundo esa vida que se despliega entre el atractivo (placer) y la congestión (desastre) donde se refleja que es imposible huir de los sufrimientos y es de tal manera que el tedio o aburrimiento produce la misma existencia. Está causada de la soledad del poeta que es capaz de convertirse en artista de recordar, manifestar y representar las realidades que subyacen en su interior.
    Cristian Sanchez 20122160104

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  34. Sueño parisiense es un poema que muestra una naturaleza intempestiva. El paisaje ya no tiene que ver con la esencia de lo natural sino con una recreación de éste por medio de cuatro componentes: el metal, el mármol, el agua, el oro y algunas piedras preciosas. El suelo de dicho paisaje no está compuesto por tierra y mucha hierba sino por el metal frío que se extiende y se reviste con mármol y oro. El agua ya no es indomable sino que tiene la función de estancarse o derramarse, es más, da una ligera impresión que su fuente es infinita o fabricada por medio de la industria humana.
    La esencia de lo natural contrasta con lo artificial… contrasta con todo aquello que ha pasado por medio de la mano del hombre. Esto es muy consecuente a la época y el contexto del poeta ya que Charles Baudelaire, como hombre moderno, ha recreado un paisaje artificial que está por encima de la esencia de la naturaleza. De esta manera el Ganges, indómito y taciturno, se ve resignado a extinguirse ante el abismo de diamantes.
    Ahora, si llevamos a la realidad este paisaje artificial valdría la pena decir que no es más que la voluntad de un aristócrata pudiente, que bien puede ornamentar lo que quiera cumpliendo sus antojos. Puede construir y admirar un escenario como éste entregando sus posesiones más valiosas. Si lo relacionamos con nuestra época encontraremos que aún sigue siendo un ideal inalcanzable, pero bien puede referirse figurativamente a uno de esos paisajes naturales en donde los magnates adornan y se sacian, como tal vez el paraíso tropical de la isla de contadores en Panamá.
    Para terminar quiero enfatizar la característica de profecía del poema. Al inicio, como una epifanía, Baudelaire cuenta que todo ha sido un sueño, y al final, como reacción a la realidad, él despierta. Al despertar Baudelaire menciona muchas cosas significativas pero la que más me interesa traer en este momento es el símbolo del péndulo. Es como si Baudelaire dijera: Solo falta tiempo para que esto se dé…

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  35. Es Baudelaire...
    La representación del amor y el desamor por Paris hecha poeta, representando la imagen del hombre moderno, la imagen del hombre que vive desesperado entre el intento por vivir la realidad y el anhelo de poder vivir en los sueños.
    Nos recuerda la imagen de una ciudad creada por el hombre mismo entre escaleras de arcadas, como un palacio infinito, que notablemente es Paris, un paraíso secreto con pasajes y calles visibles únicamente a quien las quieren ver. Únicamente visibles para el hombre que sueña y ve la luz natural del arte por si misma sin necesidad de otras luces.
    ¡Ningún astro, desde luego, nada de vestigios
    De sol, ni siquiera en lo bajo del cielo,
    Para iluminar estos prodigios,
    Que brillaban con su propio fuego!

    “Ningún astro dice”, desmintiendo toda posibilidad de que alguna divinidad iluminara el florecimiento de la creación humana, que sobrevive en medio de la monotonía misma de las columnas y los grises del mármol, de piedras preciosas. Una creación que es reflejo de sí misma, y que en medio del silencio destella la vista, sin murmullo alguno, sin reproche o palabra de sometimiento. ¿Acaso esto es un sueño?

    No obstante, al despertar al medio día le recuerda la existencia de un astro que casi encandelilla sus ojos, una realidad menos tenue y posiblemente menos contemplable, el despertar significa reencontrarse con el odio por el Paris diurno que evoluciona en la medida de sus deseos de conocer el mundo real, que construye y destruye así como la humanidad misma…

    En danza macabra, el autor vuelve a hablar de la inconformidad que tiene con la humanidad en tanto que esta quiere vivir bajo un sol, bajo una realidad irremediable.

    En todo clima, bajo todo sol, la Muerte te admira

    En tus contorsiones, risible Humanidad,
    Y a menudo, como tú, perfumándose de mirra,
    Mezcla su ironía a tu insensatez!"

    Stefany Rueda
    20122160091

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  37. Resulta complejo ponerse en los zapatos del otro y más aún, intentar desentrañar las intenciones y representaciones construidas por un poeta, escritas a pulso por Baudelaire. Sin embargo, aparece en este comentario mi intención de descubrir quizás un poco de lo concerniente al poema 'Sueño parisiense'. Si bien, las figuras a las que alude el autor, estaño enmarcadas en una estética grecolatina, es importante detenerse un poco ante el título tan sugerente y la aproximación que el autor realiza entre una y otra cultura. No en vano, materiales tales como el oro , el agua y el mármol se sitúan también en París. El arco del triunfo es un claro ejemplo de las construcciones hechas con este último material.

    Parece entonces, que el agua, el mármol y el oro están en todo aquello que deslumbra y aparece como imponente ante nuestros ojos. Sin embargo, ¿son suficientes las piezas artísticas posibles de elaborar con estos materiales para menguar nuestras agonías? De manera que el sueño se convierte en el medio para lograr la concreción de mundo y escenarios que superar esa no tan tenue nube gris que acompaña las pesadumbres. Los que ve el poeta cuando regresa del sueño es la realidad. Con ella es con quien debe enfrentarse. ¿Resulta el arte ser la única escapatoria frente a la realidad? Un mundo adormilado nos espera a la vuelta de la esquina y nos recuerda las verdaderas maneras que subyacen en cada actuar.

    Baudelaire le da un papel esencial a los sentidos, a las ensoñaciones que sobrepasan el terreno de lo humano, un ejercicio extracorporeo que permite reconocer otras formas por más distantes que parezcan, ¿no es eso lo que en el fondo deseamos? Una vez más, Baudelaire le da al lector, probablemente, ese pequeño paraíso que anhela y es cada vez más inalcanzable.

    Viviana Santos
    20122160084

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  38. Es para el poeta el sueño una forma de encontrarse con una realidad perdida. Para él, asistir al encuentro de grandes monumentos, de fuentes que se expanden hasta donde la vista se confunde con el horizonte no es sinónimo de una belleza completa. Se pretende entonces avisar de un tedio, a este mundo puesto delante de sí como un fenómeno sin fronteras, ante un orden de formas y colores que pueden ser engañosas, como esas grandes náyades que vigilan y que pueden ser la trampa para no pasar las murallas.

    El despertar después de todo no es el contraste con el mundo de los sueños y lo que se supone es la realidad, pues el mundo que se presenta como aquel que anuncia a mitad del día el despertar del artista, puede representar a ese talento que, aunque lleno de agua, mármol y metal, no puede ser escuchado por los demás.

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  39. Me lleva a éste poema, al poema "elevación"
    "Detrás de los hastíos y los hondos pesares
    Que abruman con su peso la neblinosa vida,
    ¡Feliz aquel que puede con brioso aleteo
    Lanzarse hacia los campos luminosos y calmos!

    Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras,
    Levantan hacia el cielo matutino su vuelo
    -¡Que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
    La lengua de las flores y de las cosas mudas!"

    Baudelere aquí también nos habla de como el arte es, sí, una salida para el poeta. como el arte permite y posibilita que el espíritu se eleve por encima de los mares, de los astros, más allá de los éteres, que deje atras los morbidos miasmas del mundo, los hastios y pesares que engendra la vida. Y aquí en éste poema, sueño de paris, también se ve como el arte permite al poeta habitar estos lugares mágicos aquellos que ningun mortal se imagina en contemplar, se resalta entonces la singularidad del poeta como hombre. La capacidad que tiene de poder visitar, crear y salirse de la realidad de un mundo que rechaza o que no le es suficiente.

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  40. “Lo creado por el espíritu está más vivo que la materia” C. Baudelaire.
    El arte para descubrir la vida, hace parte de un medio material a un fin espiritual. El sueño parisiense es un bonito cuadro de la juventud moderna, el medio día moderno, Baudelaire como pintor del espíritu en la modernidad. El poeta muestra la satisfacción que deriva de la belleza del espíritu, y muestra lo desdichado del hombre en el tedio de la realidad. Para el poeta la vida está en la naturaleza de su embriaguez, ser o no ser, estar o no embriagado, seguir o no en vida, esa es la cuestión. Por tanto, el arte es recordar el nombre de esa puerta, es la traducción de ese espacio natural, vital, donde se descubre la libertad de vivir, por eso tal vez el artista no sale jamás de sí mismo, porque el espíritu ayuda a soportar el tormento de la materia fúnebre del péndulo. El poeta encuentra los medios: el agua, el mármol y el metal, para sensaciones idénticas en las que encuentra el espíritu. Seguir con vida es estar embriagado de arte, y esta es la condición del poeta.

    Elkin Andrés Cristancho.

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    1. Parece ser que para Baudelaire existe una especie disrupción, de divergencia entre lo que quiere y puede ver, y lo que anhela y no puede escuchar. Es, esa suerte de cuarto negro del silencio un remecimiento o ya bien, una desesperación. Por ello tal vez, como en esta poema, se encuentra

      Paseando por el cielo sus ojos apesadumbrados
      Por el nostálgico pesar de las quimeras ausentes.
      Sin astros, no obstante con todo reluciente, se deja ir en un abandono alegre hacia el universo, sabiendo que solo es posible sumergirse a través de Inmensos espejos, que no reflejan más que un metal que deviene luego agua, luego, apenas, cristal. El quebrantamiento es entonces, el renacer del ojo, con una paradoja harto diciente sobre lo soñado:
      Et sur ces mouvantes merveilles
      Planait (terrible nouveauté!
      Tout pour l'oeil, rien pour les oreilles!)
      Un silence d'éternité.
      Así, lamentando junto al lector la perdida de esa sonoridad enriquecedora que desaparece con la traducción, entiende entonces el Poeta que es la música de París, no su imagen, la que ha traído como en una filtración la momentánea imagen de lo onírico. Y cuenta entonces:
      …he dejado las ventanas cerradas,
      Ingrato, porque me han hecho también,
      Soñar en tan deliciosas cosas…

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  43. Esta ávida humanidad que nos es real y nos pesa en los hombros, hemos tratado de dejarla atrás desde tiempos inmemoriales. Quizá no querríamos eliminarla, tan solo querríamos que fuese diferente, distinta a lo que nos han enseñado a vivir.

    Lo que es real, nos es principio. Pero ¿qué tan inamovible es? ¿Dónde quedó esa libertad que hizo puente hasta su creación? La realidad, la rutina evolutiva, harta a cualquier alma encerrada en un trivial cuerpo. Si, ese cuerpo que limita al Ser, comprimiendo sus alas con el torso; sentando la pesadez de lo humano, de lo inapelable.

    No todo está perdido. El arte es una respuesta a este encierro. Surge como respuesta a esa necesidad de comunicarse que guarda el alma confinada y en donde esta se aloja, en un intento de paraíso intangible.

    Allí, en un paraíso inmortalizado, reposa el alma de Baudelaire. En donde cada poema es una íntima y furtiva representación de su Ser, de su esencia.

    Ana Gil Mejía
    20112160105

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  44. Los sueños, se convierten en el medio de construcción de las más intensas -e irrealizables en algunos casos- ilusiones humanas. Cada creación es distinta, pretende ser única y agradable a un sentir personal. En la elaboración de imágenes, sonidos, olores, se anhela ser un Dios, mostrar el mundo desde un lugar y una concepción especiales.

    Así como la oscuridad y la ausencia de elementos naturales llega a ser bella en el trazo de Baudelaire, dando paso a otra realidad, cada persona tienen la capacidad de diseñar su paisaje, adornado con sus deseos, anhelos, construyendo su verdadera percepción de belleza.

    Mauricio Gaona. 20122160009.

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  45. Creo que un gran poema que no se tuvo en cuenta en la exposición del grupo de la mañana es el Albatros, ya que en sentido literal Baudelaire recapacita sobre el papel de la belleza en lo feo, y por lo tanto del poeta en el mundo; encarnado en una metáfora con esta hermosa ave.

    “..El Poeta es igual a este señor del nublo,
    Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
    Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
    Sus alas de gigante le impiden caminar.”

    Wilmer Martinez 20122160020

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  46. Aparición es un cuento magistral del escritor Guy de Maupassant donde el misterio jugará un papel fundamental para encaminar la historia. Es necesario tener en cuenta que los sucesos trascendentales que podrían aclarar la narración aparecen inconclusos ante el protagonista, seguramente si el marqués hubiera descifrado los acontecimientos principales hubiera podido brindar una respuesta objetiva ante aquel terror imaginario con el que ha cargado a lo largo de su vida, y tal vez ese hecho es lo que le hace conservar el misterio a la narración. Por ejemplo las cartas que debe recoger el marqués en la casa de su amigo no se pueden leer, por otro lado la carta lacrada que no pudo observar el protagonista pero sí el jardinero y la mujer que desaparece por una puerta que no se puede abrir con la posterior desaparición de su amigo.

    De alguna forma la perspectiva que puede tener el cuento varia de un lector a otro, por ejemplo un lapso de locura podría ser un punto de vista ya qué de por sí la mente puede jugar un papel fundamental ante situaciones desconocidas.

    No es el primer cuento en el que Maupassant podría manejar la angustia que viven los personajes principales ante situaciones adversas, la mano y miedo son cuentos que llevan a los personajes a experimentar el terror del ser, precisamente la misma angustia que experimenta el marqués ante un fenómeno que no puede explicar desde la lógica y es en ese punto donde el sujeto pierde la tranquilidad porque lo que no se puede explicar siempre será objeto de miedo y perplejidad.


    Isabel Vargas Bernal
    Cód. 20112160078

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