Por Mayra Acuña, Amanda López, Nancy Chaves y Magglioni Guiral
Roald Dahl, escritor y guionista británico, quien a través de su obra proyecta humor y magia. En sus relatos se abordan temas en donde se cuestiona los estereotipos y esquemas de la familia y la escuela, y lleva a cabo una crítica al mundo que han construido los adultos. En sus novelas y cuentos juega un papel importante el mundo visto desde la mirada crítica de los niños.
Entre sus obras hay textos infantiles, juveniles y para adultos. Entre ellos se destacan: James y el melocotón gigante (1961), Charlie y la fábrica de chocolate (1964), Charlie y el gran ascensor de cristal (1973), Cuentos en verso para niños perversos (1982), Matilda ( 1988). Cabe mencionar que gran parte de las obras de Roald Dahl, fueron adaptadas al cine magistralmente por el famoso Tim Burton.
Cómo hablar de lo distintivo en las obras de Roald Dahl, sin mencionar el cuento Las brujas, un antirrelato de las historias clásicas para niños, pues desde el inicio del cuento se aclara que “éste no es un cuento de hadas” (Dahl; 2002: 2). Y es cierto, es un cuento realmente diferente, la historia del niño ratón, quien narra sus hazañas, sin jamás mencionar su nombre, ni el de su compañera de aventuras. La abuela será a través de sus palabras que se conocerá a las "brujas de verdad", no las imaginadas con sombreros puntiagudos, trajes negros, grandes calderos y sus constantes paseos en escobas, sino a unas mujeres comunes. “Viven en casas normales y hacen trabajos normales” (Dahl; 2002: 2), ésto las hace difíciles de identificar, abriendo la puerta a posibilidades tales como la suegra, la vecina, la enfermera, la administradora o la profesora.
Sin embargo, el niño ratón puede verlas sin su disfraz de mujeres normales, ello causa su transformación en ratón, pues no logra escapar de sus hechizos; que no son como los conocidos, en éstos se mencionan sustancias poco usuales para los seres humanos, aquí se habla de la fórmula 86 Ratonizador de Acción Retardada, la cual está conformada por elementos de uso cotidiano,pero se le da otra finalidad: “Lo único que hay que hacerr si quierres que un niño se vuelva muy pequeño es mirrarrle por un telescopio puesto del rrevés… y lo cocéis hasta que esté blando” (Dahl, 2002: pág. 43).
Y si se esperaba un… "Y vivieron felices para siempre", este cuento tampoco lo tiene, pues el niño nunca retorna a su forma humano. Sigue viviendo como un niño ratón, incluso el niño prefiere su nueva apariencia “¿Y qué tiene de maravilloso ser un niño, después de todo? ¿Por qué ha de ser, necesariamente, mejor que ser un ratón? (…) Cuando los ratones se hacen mayores no tienen que ir a la guerra y luchar con otros ratones. Todos los ratones se llevan bien. La gente, no.” (Dahl; 2002: 55)
El protagonista de esta historia no sufre por su hechizo, ni busca cura para cambiar; el niño ratón decide continuar junto a su abuela en su aventura contra las brujas, porque aunque venció algunas brujas, son muchas las que falta por destruir “¡Pero tienen que desaparecer! —grité—. ¡Seguro que sí! —Me temo que no —dijo (…) —Cuando muere una abeja reina, siempre hay otra reina en la colmena, preparada para tomar su puesto” (Dahl; 2002:94); es decir, este relato no termina allí…
El protagonista de esta historia no sufre por su hechizo, ni busca cura para cambiar; el niño ratón decide continuar junto a su abuela en su aventura contra las brujas, porque aunque venció algunas brujas, son muchas las que falta por destruir “¡Pero tienen que desaparecer! —grité—. ¡Seguro que sí! —Me temo que no —dijo (…) —Cuando muere una abeja reina, siempre hay otra reina en la colmena, preparada para tomar su puesto” (Dahl; 2002:94); es decir, este relato no termina allí…
Debe continuar en cada uno de los lectores de las obras de Roald Dahl, que puede interpretar o cuestionar acerca de: ¿Qué otros elementos se pueden rescatar de la lectura de cuentos como: Matilda, Charlie y la Fábrica de Chocolate? Y ¿Por qué es importante leer a Roald Dahl en la escuela?
Resulta interesante en Matilda, la mirada que se propone frente a la imagen del niño y del adulto. Por un lado, el niño no es precisamente el aventurero que deja a sus padres por actitudes rebeldes –como se presenta en Pinocho-, más bien, es como Matilda o la Señorita Honey, seres que padecen por culpa de la insensatez de los adultos. Las figuras más representativas del mundo adulto encarnadas en el Señor Wormwood y su esposa, junto con la Señorita Trunchbul, reflejan esa contrariedad con las imágenes clásicas en las que los padres y la escuela son la solución y el bien del chico. En este caso, es Matilda, la niña prodigio, quien –como menciona el autor inicialmente- no pertenece al tipo de familia que enceguecida idolatra a un niño testarudo; sino por el contrario, tiene el infortunio de contar con unos padres irreverentes y desinteresados por una niña que lee ávidamente a tan corta edad.
ResponderEliminarEs por esto, que Matilda reconoce su deber de castigar a los adultos, pues no actúan de manera correcta: Infringen la ley, pierden el tiempo en necedades como jugar Bingo, son autoritarios y malvados, trazan una barrera infranqueable para que la vida de los niños no sea plácida y libre.
En conclusión, esta obra de Dahl trasgrede las propuestas de literatura moralista; el niño ya no es un travieso que debe ser educado, sino un alma aprisionada por culpa de la personalidad incoherente y desagradable del adulto, pero acudiendo a su fuerza interior, es capaz de liberarse.
Las brujas, como figuras que hacen parte del folclor popular de regiones y pueblos, son conocidas por su horripilante aspecto, sus poderes sobrenaturales, su capacidad para hacer maldad y su procedencia ajena al mundo del ser humano. Esta figura, se representa (en varios relatos entre ellos los cuentos de hadas) con particularidades especiales para hacer hechizos, viajar en escobas, vivir en bosques encantados y envidiar con profana odio a las princesas y niñas bonitas que viven en sus grandes castillos. De ahí que, la figura de la bruja se considere algo alejado de la cotidianidad, donde su oficio se limita a asustar a niños y jóvenes, tal y como lo hace el coco o cualquier espanto.
ResponderEliminarEn un sentido contrario a lo que se piensa, en el libro Las Brujas de R. Dalh, el narrador, que en este caso viene a ser un niño inteligente y astuto, recoge uno de esos relatos que caracteriza lo que se puede considerar como tradición oral de un saber familiar (contado por su abuela) donde se rompe con ese imaginario de que las brujas son algo alejado de su mundo real, pues: “Las BRUJAS DE VERDAD visten ropa normal y tienen un aspecto muy parecido al de las mujeres normales. Viven en casas normales y hacen TRABAJOS NORMALES.” Es así como, el niño y su abuela se encargan de acercar al lector a un fenómeno que por siglos ha constituido un enigma para la humanidad; no rebajando su importancia, ni determinándolo como algo “dentro de lo común” sino más bien encontrando un sentido lógico a esos comportamientos apasionados, terroríficos, odiosos y “peligrosos” hacía los niños que se mueven en medio de ese mundo loco, rápido y atolondrado en el que viven los adultos. Con esta lectura, puedo ver que la figura de la bruja se presenta como algo real, que se puede encontrar en un trabajo, en una tienda, en la calle y porque no en la misma escuela, pues: “Todas parecen señoras simpáticas”. De ahí que vea el texto (y sin llegar a mayores discusiones) como una crítica (algo irónica, burlona y simpática) a esos comportamientos apabullantes que muchas veces tenemos para con los niños, razón por la cual el narrador mismo aclara: ¿Y qué tiene de maravilloso ser un niño, después de todo? ¿Por qué ha de ser, necesariamente, mejor que ser un ratón? Ya que es evidente como el mundo adulto limita, castiga, cuestiona e impone costumbres absurdas: Los niños no deberían bañarse nunca (…) es una costumbre peligrosa.
En definitiva, es un texto que a mi consideración debería trabajarse en la escuela, con niños, jóvenes y hasta con adultos, con el fin (entre muchos de los que se podrían presentar) de recuperar esos relatos culturales que nos configura como pueblo colombiano, ya que a partir de éste es posible generar un interés por rescatar, encontrar, indagar (y porque no, reconocer) esas narraciones de personas que han comprobado que las brujas sí existen y que por tanto “están hechas de carne y hueso” como cualquier ser humano.
Steven Poveda Romero
20092160035
Literatura infantil y juvenil.
Con respecto a la relación entre adultos y niños en la obra Las Brujas, es importante señalar que el niño y su abuela poseen unos lazos familiares muy fuertes que se evidencian en su total confianza y apego profundo del uno por el otro. Dejando ver que los adultos pueden entender a los niños y no sólo castigarlos o vigilar sus comportamientos, como se presenta en Matilda. Debido a esto, la figura de la abuela representa el centro del mundo para el niño, él cree en todo lo que su abuela le cuenta sobre todo si tiene que ver con las brujas “Era una estupenda narradora y yo estaba fascinado por todo lo que me contaba” (Dahl, 2002: 5).
ResponderEliminarPero esto no sucede con todos los adultos, en Las Brujas también encontramos la figura del adulto preocupado en asuntos de “grandes” como los negocios en el caso del padre de Bruno, el señor Jenkins, quien disfruta de sus vacaciones sin preocuparse por el paradero de su hijo, creyendo que lo único que el niño puede hacer es desastres y éstos son fáciles de remediar con dinero, sin importar realmente lo que le puede suceder a su hijo: “Venga, ¡suéltelo! Si Bruno ha roto una ventana o le ha estrellado las gafas, yo pagaré los daños, ¡pero no pienso moverme de esta butaca!” (Dahl, 2002: 69).
La otra figura del adulto, se encarna en las brujas que por aparente naturaleza malévola odian a los niños: “—¡Los niños son rrrepulsivos! —Gritó La Gran Bruja—. ¡Nos desharremos de ellos! ¡Los borrrarremos de la faz de la tierrra! ¡Los echarremos por los desagües!” (Dahl, 2002: 37). Y es este deseo de eliminar a los niños del mundo se convierte en su motivo para vivir. Por lo tanto, en Las Brujas encontramos al igual que en Matilda no es importnate educar al niño sino aompañarlo en sus aventuras para que pueda desarrollarse libremente.
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ResponderEliminarLas historias de brujas, muchas veces, han sido producto de narraciones orales transmitidas de generación en generación. Es a través de este mismo hecho de narrar-se que un niño va descubriendo una nueva realidad, aparentemente escondida hasta el momento, sobre lo peligroso que resulta ser niño en medio de un mundo infestado por brujas. El ser un niño, de repente, deviene en riesgo. Por medio de los labios de la abuela vamos conociendo más acerca de las brujas, pero estas brujas no tienen los mismos poderes que otras...
ResponderEliminarLas brujas, en esta historia, poseen ciertos poderes como: pasar inadvertidas; se camuflan entre la cotidianidad, tienen trabajos normales, viven en casa normales y hasta parecen normales. Ser bellas; en un mundo donde lo “estético” tiene gran importancia se ocultan bajo máscaras, escondiendo su horrible cara, también usan pelucas porque la verdad es que son calvas. Y poseer importantes bienes económicos; ocupan una buena posición social dado la bruja mayor tiene una máquina de billetes. Tales hechos dificultan aún más la ardua tarea de discernir quién es una bruja y quién no lo es. La abuela y el niño nos ayudarán a reconocer a una verdadera bruja. Así pues, emprenden un viaje de reconocimiento. Un viaje, que más allá de resultar en descanso resulta siendo un viaje muy ajetreado.
Asistimos a un viaje de reconocimiento en la medida en la contingencia se logra una victoria sobre las brujas y un reconocimiento de sí mismo. Al encontrarse en medio de centenares de brujas el niño es convertido en un ratón. Esta metamorfosis no hace que ahora sea un niño-ratón, el niño es en sí mismo un ratón; su nuevo ser es un roedor que se siente bien con su nueva naturaleza y sacando el mejor provecho emprende una nueva aventura, con su abuela, para el exterminio de las brujas.
La relación que se tiene con las brujas en la literatura e incluso en las películas es un patente de fuertes estereotipos, en la obra de Roald Dahl, se rompe el paradigma de las brujas estereotipadas y nos expone que cualquier mujer puede llegar a ser una bruja, esto es pues una fuerte causante de una representación de la rivalidad existente entre los adultos y los niños, pues, en la obra las brujas son quienes quieren acabar a todos los niños y son mostradas como todo lo malo de la imagen adulta propuesta; también la imagen del adulto “bueno” llega al lado de la abuela quién es la encargada de revelar la verdad existente de las brujas.
ResponderEliminarLas Brujas, en la mayoría de relatos se muestra como un ser “maligno”, y es aquí donde en las narraciones se hace un juego con ciertas características estéticas que exponen a las brujas como seres horripilantes, pero en este caso no es así, las brujas aquí son seres estéticamente- a la vista superficial- aceptables. Y es esto una causal de que nadie perciba las verdaderas intenciones que tienen ellas para con los niños.
La idea que Roald Dahl nos da de las brujas, es algo tan satírico e irónico, pues quién se atrevería a pensar que una bruja puede ser una hermosa mujer, que nos regala dulces, creo que nos muestra la ingenuidad e inocencia del niño, el mostrar al mundo a través de la niñez y el creer que todo lo que se VE “bueno”, es siempre así.
Hay que trabajar en las escuelas esta clase de textos, pues es importante hacer una mirada más profunda de los estereotipos que se nos imponen, para que los estudiantes sean quienes juzguen y creen sus propias-en este caso- “Brujas”.
Laura Corral Abril.
¿Qué tan fácil es relacionar una producción audiovisual con la literatura? Muchos críticos y algunas personas que han tenido contacto con el mundo literario y audiovisual, han mencionado que la literatura tiene mejores elementos, mayormente expresados, detallados y más completos, que permiten reconocer los aspectos de la trama. Al parecer, es necesario hacer hincapié en que los dos medios de artísticos son completamente diferentes, es como comparar las tres obras maestras de los artistas Cezanne, Modiglione y Mattisse presentadas en la película Los modernos, con este mismo largometraje, sin recurrir a la diversidad de formas expresivas que tiene cada uno. La literatura se basa en un lenguaje metafórico expresado por medio de las letras, mientras que el cine sin ser engañoso con las palabras, lo representa por medio de la imagen, que puede revelar mayores detalles, pero quizás al mismo tiempo, dependiendo de lo que se refleja en ellas, esconde por medio de la misma, otros aspectos que enriquecen su interpretación y elementos propuestos; ejemplos claros son es Destino de Walt Disney y Dalí, o las producciones de Hitchcock. Ni el audiovisual es superior a la literatura, ni al contrario.
ResponderEliminarEn el caso de Charlie y la fábrica de Chocolates, lo más interesante aparte de la fascinante forma de escritura que tiene Dahl, donde refleja su propuesta con expresiones simples pero con giros textuales imaginativos imponderables; es la representación gráfica de los espacios y personajes, que no se queda en una simple grafía de éstos, sino que los relaciona directamente con lo que escribe, para decir que su texto de una manera ambigua, se pueda considerar una clase de novela gráfica. La película de Tim Burton no se queda atrás, y es que el parentesco de los personajes al de las imágenes de la novela de Dahl es un aspecto que cualquiera realiza, pero la propuesta estética de los escenarios y de los personajes, con una gama de colores y vestidos que dan más que decir sobre los personajes que sus propias acciones, la actualización de la obra sin obviar los elementos más importantes de la proposición original, y la participación de actores como Jhonny Deep (Willy Wonka) o Helena Bonham Carter (Sra. Bucket), que generan una propuesta que permite añadir nuevos elementos a los personajes de la obra audiovisual que sobrepasan o incluyen aspectos interesantes a la trama, como semblantes morales y funestos del pasado en el personaje Willy Wonka que su personaje gentil y original de la novela no llegó a tener. Todos estos aspectos que parten de un texto considerado para niños, es una crítica para la sociedad entera y sus diversos extremismos como la gula o el poder, la envidia o el temor; reflejadas en dos medios artísticos importantes en nuestra época y propuestos desde su forma expresiva en campos diferentes del arte, la literatura y el audiovisual.
Edison González Lemus
20101160041
Literatura infantil y juvenil
¿Qué elementos se pueden rescatar de libros como "Las brujas", de Roald Dahl?
ResponderEliminarPara tratar de ser breve, sólo intentaré señalar que, en el libro "Las brujas", de Dahl, vemos cómo capítulo a capítulo se van desplegando un conjunto de signos que permiten adentrarse en el espacio del libro "Las brujas". El niño, sus padres, la abuela, Noruega, Inglaterra, las brujas, los ratones, etc., ambientan el relato, que sería, creo, el encuentro del niño con “La Gran Bruja”, en el evento anual de brujas. Encuentro que se narra a partir de una re-lectura, o, dicho de otro modo, de una lectura diferente sobre las brujas, que se desmarca de una amplia tradición de “cuentos de hadas”, donde las brujas-cliché son viejas, que visten de un cierto modo, preparando pócimas en sus cuevas, etc. En este caso, la obra presenta una nueva lectura de las brujas y de las relaciones posibles con niñas y niños, pues éstas mantienen casi que imperceptibles y, sólo a través de una lectura juiciosa de ciertos signos es posible “desenmascararlas” y frenar sus planes, que en este caso, no es “comerse” a dos niños, sino eliminar a todas las niñas y niños del “mundo”. Entonces, entre otras cosas, tenemos a los niños-ratón, las brujas-mujer, y más, que dan vida al relato que, apostando por una nueva lectura de estos personajes, despliega todo un espacio posible donde pueden pasar eventos inesperados que sacan al lector de su “zona de comodidad” frente a lecturas clichés de brujas, para dirigirlo por contingencias narrativas donde acontecimientos inesperados pueden suceder y, de esta manera, permitir una lectura otra de los tradicionales cuentos “folclóricos” o de “hadas”.
¿Por qué es importante leer a Roald Dahl en la escuela?
Pues bien, y ¿por qué no debería serlo? En esa cuadrícula llamada escuela, fábrica de bostezos atiborrada de la verborrea banal de los profesores, donde se lee lo que las editoriales negocian con el colegio, o se lee lo que los profesores consideran “pertinente”, o lo que señala un cierto canon mercantil y de vitrina. Libros como "Las brujas" trastocan un poco ese espacio cargado de libros-cliché –suponiendo que se lea algo- donde hay príncipes y princesas –lo que no quiere decir que no haya razón para leerlos- para presentar otras lecturas de lo mismo: brujas, princesas, etc., posibilitando, quizás, formas diferentes de leer a estos personajes y de relacionarse con ellos. Finalmente, tanto en la cuadrícula escuela como “fuera” de ella es “importante” leer no sólo libros como Las brujas, sino miles más. Todos estos “mundos posibles” tienen un espacio en el que el lector vive de otro modo; es de otro modo.
Por: Jimmy Ortiz Palacios
La lectura de algunas obras de un autor británico como Roald Dahl nos dejan ver elementos que aportan a una consideración diferente sobre la manera como concebimos las historias de niños y jóvenes, especialmente cuando vemos que más allá de la imaginación, la fantasía y el humor entre picardía y picardía, se plasma una mirada particular de la realidad, pero vislumbrada desde un punto de vista crítico y particular: La perspectiva de los niños.
ResponderEliminarEs así, como vemos gracias a la lectura de historias como Matilda o Las Brujas una visión del papel del adulto y su realidad estricta, plana, totalitaria y dictatorial en la que el niño es simplemente un adulto pequeño en potencia que debe ser adoctrinado: bien sea por medios que otorgan felicidad y entretenimiento como la televisión; bien por condiciones morales banales como la avaricia, el egoísmo, o la ira en contra de aquellas actitudes, aptitudes y apariencias "infantiles", o bien por un sistema de pensamiento tradicional donde las normas estrictas, la carencia de pensamiento creativo o inclusive la magia se convierten en elementos prohibidos en el desarrollo y formación del niño, aspectos evidenciados en una novela como Matilda, poseedora de un gran sentido pedagógico que va en contra de esa institución punitiva y reformatoria producto de un sistema de enseñanza tradicional donde la autoridad extrema y la fuerza bruta se convierten en el pan de cada día, y donde se reproduce quizá un pensamiento concebido por autores como Foucault, o inclusive el mismo Rousseau acerca de la condición de adoctrinamiento del niño concebido como un "Salvaje".
Ya en historias como Matilda o Charlie y la fábrica de chocolates es posible ver esa crítica que Dahl realiza a todo este sistema de pensamiento y formación del infante desde una visión del niño que analiza, que cuestiona, pero que al mismo tiempo logra hacer justicia desde la picardía; desde ese sentido único y creativo que nunca será quitado por el adulto para enseñárle a este a partir de la broma.
De esta forma, vemos que la magia y la fantasía que resulta de los relatos de Roahl Dahl no solamente nos ayudan a comprender situaciones que desde nuestra futura o presente labor docente solemos ver, sino que también nos permite adentrarnos - siguiendo esa misma directriz que veíamos desde propuestas como las de Salinger, Kenzaburo, Ende, o inclusive el autor del Señor de las Moscas - en una mirada de la realidad desde el punto de vista de los niños, dejando ver en consecuencia una literatura infantil y juvenil cuya esencia no se resume en la expresión "una literatura de niños y jóvenes para niños y jóvenes", sino en una literatura que desde el protagonismo y perspectiva del niño y joven logra desentrañar diversos aspectos sociales, políticos, morales y éticos de esa sociedad en la que estamos inmersos; de esa dimensión donde ya el adultocentrismo pasa a un segundo plano para ser replanteado desde la mirada del niño y joven que tiene mucho por contar.
" - ¡Señor Wormswood, si cree usted que un nauseabundo programa de televisión es más importante que el futuro de su hija, no debería ser padre! ¿Por qué no apaga ese maldito aparato y me escuchan?" Fragmento Matilda
Carlos Andrés Pinzón
20101160007
La obra literaria Matilda escrita por Roald Dahl presenta otra manera de mirar la incompatibilidad entre el mundo de los niños y el mundo de los adultos, una manera invertida si se puede definir así de cómo es el “orden natural” de las cosas. Una niña con una inteligencia desbordante y unos padres descuidados e ignorantes pero hábiles en los negocios. La abismal diferencia que existe entre Matilda y su familia es la excusa para criticar con humor las cuestiones banales y superficiales que ocupan nuestros días (bingo, la televisión) y aunque se juzga a los padres por tener un cariño delirante por sus hijos, son más odiosos los padres que demuestran no tener ningún interés en ellos.
ResponderEliminarSe observa además la cuestión machista en la sociedad y en la familia representado en frases “Las niñas deben ser vistas pero no oídas” dirigida por parte de los padres de Matilda hacia ella, ya que la niña solía hablar más de lo que cualquier niño lo haría a su edad. Sus padres la definían como estúpida e ignorante, mientras que en su hijo veían una esperanza para continuar en el negocio de la familia.Con algunas travesuras Matilda pretende darle una lección a sus padres y a la señorita Trunchbull que carecen de todas las cualidades que ella presenta.
Siendo una lectura divertida podemos fomentar el amor por las letras en niños y jóvenes, teniendo en cuenta el trasfondo del libro que nos permite trabajar la reflexión en el nivel de la familia, la concepción de la escuela y en general de la sociedad que aun hoy en día está sumergida en el machismo (fomentado por sus mismas mujeres) y en todo lo superficial que en realidad no da sentido a nuestra vida.
Ana Maria Fresneda
20092160045
La obra de Matilda hace una crítica significativa a la sociedad, centrándose en la relación niño-adulto y eso lo vamos viendo a lo largo de la novela de Dalh. Una de las relaciones que destaca Dalh es la relación de abuso, de atropello a los niños por parte de los adultos, ejemplo de eso es la historia de la infancia de la Srt. Honey, ante esa implacable y despiadada tía, también Matilda sufre este abuso por parte de sus padres que viven menospreciándola y haciendo alusiones insultantes como que los niños nunca tienen razón, que no saben nada, etc. También nos llama la atención sobre como los adultos no escuchamos a los niños, como los ignoramos, cuando siempre tienen algo importante que decir (al menos para ellos) , pues por eso quieren comunicarlo y muchas veces somos nosotros mismos los que encerramos a los niños en el silencio .
ResponderEliminarMatilda también es una crítica al sistema educativo, allí la escuela es un centro donde los padres dejan a sus hijos casi que por deshacerse de ellos y los dejan al completo albedrío de los profesores y directivos, evidenciando lo poco que les importa la formación de sus niños. Un lugar que además de eso es tenebroso, dónde los niños son posiblemente atacados por los adultos, y dónde en vez de ir a aprender libremente a incentivar y dar respuesta a su curiosidad, deben callarse y no decir lo que piensan so pena de ser castigados o ser tomados como torpes.
Resaltado se ve también en la obra de Matilda, la inteligencia, la suspicacia y la ética que pueden tener los niños. Parte de eso lo podemos apreciar en como Matilda trataba de hacer justicia por sus manos, pues tenía claro que esas cosas eran incorrectas. Yo lo asocie un poco a esta famosa idea de que “el hombre nace bueno pero la sociedad lo corrompe”. Porque todos los niños aunque van construyendo su propia personalidad y se van apropiando de sus ideas y creencias, no pueden evitar ser afectados por los adultos, por sus ideales, por lo que les enseñan, por el contexto en que están inmersos, etc.
Es importante que niños y ojalá padres también leyeran a Matilda en la escuela, pues creo que puede servir bastante de reflexión para los adultos sobre todo, pero también para los niños. Además de que puede ser una forma más abierta y suelta de que los niños lleguen a hacer crítica y a comunicarse mejor sobre su ambiente tanto educativo como familiar.
Marcela Barón
En Charlie y la fábrica de chocolates, Dalt muestra una generación atestada de vicios y manías, las mismas que hacen a los niños ceder a su arrogancia y ser víctimas ciertas decisiones tomadas procazmente. Pero estas manías no son exclusivas de los niños, son sus padres quienes cosecharon su insolencia, en medio de una sociedad gestora de lo superficial, ocupada en dar valor a los artilugios y las banalidades, y situando en un lugar especial a la “libre competencia”.
ResponderEliminarEn contraste a esa sociedad desértica, Charlie se presenta como la otra faceta, esa que ha sido menospreciada y desplazada a la periferia. La humildad de la cual provienen Charlie y su abuelo no representa para los demás algún índice de rivalidad, pero es justamente la sensatez de Charlie la que lo lleva a obtener eso que los demás se pelean, sin necesidad ir en línea con la competencia. Charlie ve con más claridad, por lo que el premio final no es importante para el más que su familia.
Con sus personajes (Augusto, Veruca, Violeta y Mike), Dalt hace evidente esa sociedad autodestructiva, fragmentada; sociedad que todo lo compra y todo lo vende; sociedad que no se sacia, siempre quiere más aun cuando lograrlo signifique el sometimiento del otro. Para estos niños el mundo es un territorio para conquistar ocupado por unos rivales que aplastar. Los vicios de la sociedad carcomen las mentes más jóvenes y se alimentan de ellas… Ello nos deja ver entre espacios que lo que persiste es una sociedad moderna desigual, vacía y carente de sentido.
ResponderEliminar¿Quién no soñó de niño con un paraíso de chocolates y caramelos ?... Pues bien, es esta la magnífica historia de Charlie, un niño en unas condiciones de vida realmente precarias que es el afortunado ganador de un recorrido al paraíso de todo niño en la forma de la fábrica de chocolates del señor willy wonka, pero -un momento- nuestro amigo no ira solo, a tan magnifico viaje lo acompañaran Augustus Gloop, Veruca Salt, Violet Beauregarde y Mike Tevé cada uno con una forma de ser particular: Augustus: niño regordete y comilón compulsivo, Violet: chica orgullosa con el feo habito de comer chicle, veruca: niña caprichosa por la maldición del dinero y el pobre Mike: atrapado por la televisión y fuertemente influenciado por esta en su forma de ser y actuar en el mundo. Cada uno de ellos desafortunado en el viaje por sus hábitos poco prudentes en la fábrica del señor wonka. Al final el humilde y educado Charlie será quien gane el premio mayor en el recorrido: ser el heredero del señor Wonka. Pero es precisamente en este momento donde se resaltara el mensaje profundo de este maravilloso escrito; Charlie renunciará a ser el dueño de este paraíso de dulces y chocolates, pues comprende que cualquier capricho de niño es inferior al calor, amor y beneficio de la familia.
Charlie y la fábrica de chocolates es sin duda una obra a rescatar en el intento de postular una mirada de la literatura infantil y juvenil al mundo que nos rodea. Cada situación a lo largo del recorrido de sus páginas instala de manera tajante un mensaje de análisis profundo a nuestra manera de actuar en el mundo, eso sí, bajo el innegable velo de la fantasía, sello que Roald Dahl propone como código de complicidad entre texto y lector. Poder ver más allá de lo inimaginable será la manera en que la literatura infantil podrá irrumpir en nuestro mundo, poniendo en peligro nuestro campo de confort, o al menos es esto lo que hoy puedo rescatar al revisar mis apuntes sobre esta obra, Dahl no es un juego de niños, pero nos susurrará al oído como una magnifica aventura digna de diversión infantil.
En mi lectura puedo decir que el papel de la abuela es crucial, aunque la muerte de los padres se muestra como algo terrible, el simple hecho de estar la figura de la abuela cambia el rumbo de toda la historia, puesto que a mi parecer el niño prefería más la compañía de la abuela que la compañía de sus padres.
ResponderEliminarEn mi lectura pude percibir una comparación entre la abuela del niño que se convirtió en ratón y la familia de bruno.
a mi modo de ver lo sentí como una critica puesto que el niño no tenia a sus padres pero si a su abuela que lo educaba, lo cuidaba y le daba mucho amor, así mismo estaban los padres de Bruno que estaban con él pero no les vi la figura de amor, cariño y educación.
Adicional en mi percepción en toda la obra sentí la figura del amor incondicional, del gusto por las aventuras y de lo fantástico que es el escuchar todo lo que tienen para contarnos los abuelos.
Por otro lado incluiría a Roald Dahl en mi aula de clase puesto que a través de su lectura puedo llevar a mis estudiantes hacia mundos entre lo real y lo fantástico, porque en él puedo hacer paralelos entre las historias de mis alumnos y sus cuentos, porque podría hacer trabajos maravillosos con la imaginación de mis alumnos después de estudiar con ellos las obras.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarResulta interesante ver cómo este escritor nos adentra en mundos tan magníficos en los que es posible dudar de la realidad. En su libro "Las brujas", por ejemplo, todo se muestra tan verosímil y vemos cómo la cotidianidad toma un rumbo distinto, pero siempre conservando aspectos de nuestro diario vivir. Vemos una característica de lo neofantástico en la que se nos plasma una nueva realidad, nuevas leyes, haciendo que dudemos incluso de nuestra misma naturaleza..
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