lunes, 21 de abril de 2014

1984 de Orwell: La inversión de un número



1984: aun cuando hay diferentes teorías sobre el origen de este título dado finalmente a la última novela de Orwell (se puede tratar de un homenaje a The Napoleon of Notting Hill, de G. K. Cheterton, quien sitúa la trama de su historia justamente en este año; o de una remembranza de la fecha clave que aparece en una de las novelas favoritas de Orwell, Iron Heel, de Jack London) mi explicación preferida proviene de la misma tarea de corrector de Orwell. ¡Cuántas veces habría escrito en el transcurso de aquel 1948, acosado por la soledad, la enfermedad, la fiebre y la cercanía de la muerte esta cifra, hasta equivocar los números y escribir el año de la distopía más famosa de la literatura! Se trata simplemente de invertir un par de cifras y alimentar la sombra de un futuro alucinatorio y revelador. Tan atractiva resultó esta cifra que el editor abandonó del todo el otro título sugerido por Orwell, “El Último Europeo” (The Last Man in Europe). 



Pocas obras de la literatura moderna han incidido de una manera tan notoria en el lenguaje del mundo moderno como 1984 (no solo la novela sino las distintas adaptaciones cinematográficas). En el mundo entero resulta hoy familiar hablar por ejemplo del Gran Hermano (The Big Brother), mas no todo el mundo reconoce que la tarea original de la telepantalla y del rostro benigno del Gran Hermano que lo observa todo con el fin de evitar que los miembros de un reality show no cometan agresiones a las reglas del juego, a la convivencia y a la moral de las audiencias, era mucho menos apacible en la obra original. En la obra de Orwel, el Gran Hermano no solo observa sino que somete, castiga, tortura, doblega; es implacable.



La frase clave de la novela es Big Brother is watching you! y no hay pasillo, oficina, cuarto, calle, plaza en donde no haya carteles o telepantallas que vigilen e impongan un régimen de control omnisciente. Estamos acostumbrados a llamar orwelliano a cualquier régimen que se impone mediante la fuerza, que restringe la condición humana y que gobierna por encima de la verdad. Orwelliano es hoy un adjetivo universal para calificar toda forma de represión y totalitarismo, más aún para referirse a la sospecha de un futuro amenazante. De la misma manera, la Sala 101 (Room 101) ha pasado a ser un símbolo de lo mismo que propuso Orwell en su novela, aquel cuarto en el cual es posible encontrar aquello que nadie podría soportar: el límite del dolor, el límite de la agonía.

Orwell creó la expresión Policía del Pensamiento, para referirse a aquellos funcionarios del sistema encargados de vigilar que nadie piensa, diga o exprese opiniones contrarias a las del gobierno central. La Policía del Pensamiento está encarnada en los más jóvenes, se infiltra en todos los órdenes de la sociedad y está encargada de orientar las formas correctas o incorrectas de pensar.



En 1984 se condenan los “crímenes mentales”, se persiguen los transgresores, se sospecha incluso de los familiares y vecinos más cercanos, al punto que los padres son denunciados por sus propios hijos. Para el control de las mentes, se ha desarrollado la neolengua (Newspeak), una forma abreviada que denota una tendencia a la reducción de las palabras y a la generación de una jerga del poder. El mejor ejemplo de esta jerga es la existencia y aceptación de la expresión doblepensar, que consiste básicamente en aceptar que aunque hay un afirmación que contradice nuestra opinión, que niega la verdad evidente, es preciso hacer a un lado todo tipo de pudor o escrúpulo; para poder vivir en este régimen se acepta hipócritamente esta falsa verdad y se olvida la verdad, se aniquila: doblepensar es olvidar deliberadamente que lo que estamos oyendo a través de las telepantallas es mentira. No hay en ello mayores diferencias frente a algunas de las tesis a las que recurre el Imperio para ejercer el tipo de control sobre las multitudes.



Con padres de origen escocés, nacido en Birmania, educado en las huestes policiales del Imperio Británico, pero socialista convencido, abominó del sistema imperial y muy especialmente de la clases dominante inglesa que se solazaban en la opulencia a costillas de la miseria de sus súbditos. Orwell conoció al Imperio como agente y como víctima del mismo. Para Orwell, pseudónimo de Eric Arthur Blair, la literatura era un vía profética y política. Había llegado a Londres, a los barrios más pobres de Londres, y sabía qué significaba ser un paria. Como ensayista escribió, fruto de su estancia en París el opúsculo Cómo mueren los pobres, en donde ya dedicaba varias páginas a la descripción de la situación de los pobres, los desempleados, los vagabundos y los desplazados en estas sociedades cristianas, progresistas y liberales.



Las mejores novelas de Orwell (La Marca, Deja que la aspidistra vuele -Let the aspidistra flying-, The Road to Wigan Pier, Going Up for Air) no son sus más populares, pero explican de manera coherente la obra posterior de Orwell: recorren la ciudad de la miseria, la vida de los hombres comunes y corrientes y la trayectoria del escritor en procura de su obra. De su experiencia en España, como miembro de un grupo de milicianos, trajo varias certezas que luego quedarían registradas tanto en Rebelión en la Granja como en 1984: es posible siempre que los obreros terminen asesinando a los obreros, es posible que la verdad desaparezca por completo y que los medios acomoden los hechos a favor o en contra, sin pudor.



Muchos de sus contemporáneos vieron en Rebelión en la Granja y en 1984 retratos del régimen estalinista y augurios de la guerra fría: era fácil ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el ojo propio. Muy pocos vieron que el Imperio, como afirman Hardt y Negri no es norteamericano, mucho menos soviético. Muchos explicaron lo sombrío de esta historia, su desoladora historia y la derrota de Winston, la imagen del fracaso de toda resistencia como una consecuencia directa de la precaria salud de su autor: casi nadie vio el advenimiento de la enfermedad general de la sociedad.



Entre las circunstancias que rodearon el surgimiento de 1984, como lo menciona Orwell a su editor en The Observer, aparecen tanto el fracaso del comunismo y el anarquismo en Cataluña como la conferencia de Teherán, en donde Stalin, Churchill y Roosevelt complotan para organizar la paz del mundo. Como lo dejó consignado en algunos de sus artículos de estos años en The Observer un tema lo acosaba intensamente: la facilidad con la que los poderosos acomodaban el lenguaje para crear un tipo de moralidad.




Tras la muerte prematura de su esposa, Eileen, Orwell acepta viajar a la lejana isla de Jura, en la Hébridas, en donde piensa concentrarse en su nueva obra. La idea era dedicarse a su novela, abandonar el mundo agobiante del periodismo político que lo oprimía cada vez de manera más intensa. Necesitaba libertad y silencio para combatir sus demonios y lidiar con su precaria salud. Orwell luchaba contra el clima, luchaba contra una historia que redactó y corrigió innumerables veces: recordemos la primera línea de la novela: “Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece”. En realidad eran muy escasos los días luminosos y mucho más frecuentes los días fríos. En 1947 le fue diagnosticada una TB. Los signos de la TB circulan sin duda por la historia de 1984. La novela fue publicada en 1949; un año más tarde Orwell moriría abatido por una hemorragia en los pulmones.

10 comentarios:

  1. 1984 representa la advertencia de una posible alienación, no como la pensábamos, que era de índole extraterrestre, sino de una guerra ideológica que mata al hombre lentamente, consume su humanidad, hasta dejarlo como un autómata, vulnerable a los deseos de una mente criminal y dogmática, puede que en estos momentos eso este pasando, sin embargo no podemos negar que mientras el placer exista, la resistencia no se despierta. Briggite M UD

    ResponderEliminar
  2. La obra 1984 de Orwell nos sitúa en un ambiente de opresión extrema ejercida a partir de la figura del Gran Hermano sobre la población civil. Todo acto está controlado por la figura del partido, por mínimo que pareciese ser. Un gesto, una mirada, un pensamiento, un sueño, una palabra, un vínculo, incluso el deseo y el acto sexual (por la conexión directa entre castidad y ortodoxia política). Todo era visto y controlado a través de las telepantallas y como tal, cualquier manifestación contraria a lo “normal” era considerada un crimen, una traición e incluso un acto producto de la locura.
    Mi reflexión cobra sentido respecto a la habilidad de Ingsoc de borrar el pasado o acomodarlo según su conveniencia a través de la alteración de todo lo que pudiese dar luces sobre el pasado, es decir, documentos de prensa, estatuas, inscripciones, lápidas, nombres de calles, libros, material escolar, etc. En este atributo radica su poder, pues al manipular el pasado se puede controlar el presente y el futuro, de esta manera puede extender su control sobre cada aspecto de la vida, es capaz de convertir la mentira en verdad y crear la sensación de que no hubo tiempo en el que no se viviera mejor (porque además nadie podía recordar algo diferente).
    El personaje de la novela, Winston, intenta reaccionar ante la arbitraria realidad que suprime todo tipo de libertad e impide encontrar la verdad y decide explorar diferentes formas de desobediencia ante el régimen del partido. Sin embargo, la población expuesta al poderío de Ingsoc está totalmente impedida de rebelarse contra aquel, es incapaz de sublevarse pues la figura del Gran Hermano los ha reducido a la condición de máquinas competentes únicamente para servir al partido y trabajar en función de él, extinguiendo la posibilidad de toda libertad de pensamiento,suprimiendo todo recuerdo del pasado y aniquilando cualquier sentimiento humano.
    El anhelo de revolución que invade el pensamiento y el corazón de Winston es el reflejo del inconformismo y la indignación que muchas personas sienten a diario ante las formas de vida que nos han sido impuestas como “únicas” y/o “normales”, las políticas que poco a poco aniquilan la diferencia y la hacen casi intolerable, el abuso de poder, las injusticias sociales…pero, es realmente posible la revolución?, ¿dónde comienza? y como se perpetúa. 1984 nos invita a reflexionar sobre la fuerza que radica en el pensamiento y la unión.

    ResponderEliminar
  3. La sociedad de control en la obra 1984 de George Orwell
    Por: Wilson Delgado Mendoza
    1984 es la puerta de entrada a aquella sociedad de control de la cual nos habla Michel Foucault en sus trabajos filosóficos y que Orwell replantea por medio de la literatura. Así pues, Winston Smith encarna la figura de rebeldía ante todo un sistema que pretende homogenizar las mentes del pueblo por medio de la figura del Gran Hermano. En este sentido, la obra plantea aquella lucha entre el ser y el deber ser de un hombre que cuestiona los principios de una sociedad atiborrada por la telepantalla en donde el control, la opresión y la vigilancia al individuo constituyen aquellos paradigmas de poder que sumergen al hombre en un estado de obediencia.
    Con lo anterior palabras tales como: caracrimen, doblepensar, plusbueno y demás (lo que se llamará en la obra neolengua), más el control de la sexualidad, de la información y hasta de la verdad, resultan ser constantes que irán colocando en crisis a Winston Smith, llevándolo a la necesidad de gestar una revuelta. En materia de dominio, 1984 avizora el campo del dominio biopolítico, en donde el mismo cuerpo pasa a ser objeto de suma atención y control por parte del partido y en donde el que controla el pasado controla el futuro y el que controla el presente controla el pasado.
    En líneas generales, 1984 es una metáfora de lo que es la sociedad actual, en donde se ve fuertemente marcada una sociedad de control que pretende convertir a los sujetos en seres que interiorizan prácticas que se acogen a los comportamientos que requiere el Estado. Foucault advertía: “hasta la vida misma se ha convertido en un objeto de poder” y entendiéndolo desde allí, 1984 presenta esa transición del paso de una sociedad disciplinaria (sociedad que castigaba a través de la tortura al cuerpo) a una sociedad de control, sociedad que gestará un patriotismo colectivo a través de espacios como los dos minutos del odio o la denuncia a la policía del pensamiento con el fin de ejercer un poder que llegue hasta los últimos ganglios de la sociedad.
    Habría que preguntarnos si más bien 1984 en vez de ser una excelente obra literaria, no es más bien una predicción de lo que son nuestras sociedades modernas, sociedades en donde abundan mentalidades como las de Parson, la de Katherine o el mismo Syme y en donde poco florecen mentes críticas como la de Winston Smith. De ser así no estamos lejos de la sociedad que Orwell retrataba en 1984.


    ResponderEliminar
  4. El miedo de la civilización.
    Miguel Ariza
    “¡Lacayos! Ahí tiene usted una palabra que no he oído desde hace muchísimos años. ¡Lacayos! Eso me recuerda muchas cosas pasadas” (Orwell, 1984, p. 86)
    “Lo que yo quiero saber es si le parece a usted que hoy día tenemos más libertad que en la época de usted. ¿Le tratan a usted más como a un ser humano? En el pasado, los ricos, los que estaban en lo alto….” (Orwell, 1984, p.86).
    En la obra del autor Orwell el sentimiento de vergüenza y miedo que se puede ver en la novela lo podemos ver reflejado en la tortura y posterior cambio de Winston en el desenlace de la obra, en la manera en que sus sentimientos son reprimidos y pensamientos cambiados, este sentimiento lo podríamos analizar con lo que plantea el sociólogo judío- alemán Norbert Elías, este autor plantea que“ El sentimiento de vergüenza es una excitación específica, una especie de miedo automático que se manifiesta en el individuo por diferentes razones concretas” (Elías, 2009, p.593). Puede ser motivado por la posición social que se tiene en la sociedad frente a otros individuos que pertenecen a la misma sociedad, pero dentro de una esfera social diferente, esferas sociales que imponen costumbres, actitudes, normas, reglas, roles, que debe ejercer un individuo en una sociedad determinada. En este punto el sentimiento de vergüenza y miedo que impone un proceso civilizatorio en una sociedad capitalista es uno de los ejes centrales para coaccionar a las poblaciones que viven dentro de “estos” territorios llamados estados o países. Actualmente la manera en que se mantiene regulada un grupo de sujetos en una sociedad se ejerce por medio de tecnologías de poder tales como, la economía y la política, en la segunda podemos encontrar la biopolítica, la geopolítica, que han servido cómo técnicas de dominación y opresión en grandes territorios para mantener una estabilidad “social” de la mano de la economía y la acumulación de capital. De esta manera el sentimiento de vergüenza y miedo se refleja inconscientemente por medio de una regulación de los instintos en los sujetos, cuando un sujeto se reconoce inferior o diferente al arquetipo definido por cierta sociedad o grupo social, nuestro psiquis lo asimila como algo normal que debemos aceptar para llegar a ese ideal de persona, ciudadano o arquetipo impuesto,1984 refleja todos los males que hoy en día sufrimos las poblaciones o países que se dicen estar en la “periferia” o como les suelen decir países de tercer mundo, en donde estas tecnologías de poder como la geopolítica han clasificado a unos países llamándolos pobres y subdesarrollados, justificando una cantidad de atrocidades cometidas en dichos países de la “periferia “, como lo hacía el INGSOC con los habitantes de Oceanía, justificando sus guerras e invasiones, y una supuesta superioridad sobre los demás territorios.
    Los países mal llamados de tercer mundo están condenados a “no-ser” por el partido o gobierno ya sea “gringo”,Ruso, Chino, o cualquiera que tenga el control y el poder militar y económico en la actualidad, la violencia física y psicológica que se ejerce hoy en día se puede comparar con las torturas que sufrió Winston, la gente de la prole, siguen siendo nuestras clases obreras y oprimidas, los golpes militares y revoluciones siguen siendo excusas y manipulaciones de intereses gubernamentales donde solo interesa el poder por el poder ,la dominación por la dominación, y el pueblo tras un largo camino histórico se sigue sometiendo a estas coacciones que en su fin pretenden ser autocoacciones, en donde la gente no piense, no sienta, no exprese, sino lo que el Ingsoc quiera:
    “La guerra es la paz
    La libertad es la esclavitud
    La ignorancia es la fuerza”

    Bibliografía
    Elías, N. (2009). El Proceso de la Civilización. México: fondo de cultura económica.

    ResponderEliminar
  5. La neolengua como símbolo de dominio en la obra 1984 de George Orwell
    Por: Jakeline Salcedo Hernández
    La neolengua resulta ser un eje fundamental para comprender las dimensiones del poder y la sumisión del sujeto en la obra 1984 de George Orwell. Así pues, la lengua aparece como una especie de objeto maleable que se puede moldear en procura de limitar el radio de acción del pensamiento. En palabras de Slym, camarada de Winston y experto en neolengua, implantar la neolengua significaría: “¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabamos haciendo imposible todo crimen del pensamiento? (Orwell , 1980, pág. 32)
    Pareciera que no se equivocaban los primeros filósofos griegos al afirmar que el lenguaje era un vehículo del pensamiento, pero tampoco se equivocaba Orwell al vislumbrar que uno de los modos de contrarrestar el lado subversivo del pensamiento fuera a través del pleno control de la lengua. Unificar lo ambiguo de una lengua en la restricción de los significados y los significantes a través de palabras como crimental, nobueno, minamor, doblepensar, plusbueno etc, significaba embotellar ideologías que podían ser peligrosas para el equilibrio de la sociedad propuesta por el gran hermano, es por ello que en un aparte de la obra se sostiene: “Neolengua es Ingsoc e Ingsoc es neolengua” (Orwell , 1980, pág. 42)
    Lo anterior deja ver que para tener un dominio pleno y extendido en una sociedad de control como la retratada en aquel lugar pintoresco de 1984, se necesita vigilar hasta los aspectos más remotos de la vida, entre ellos la lengua. Si la ignorancia es la fuerza, la restricción de los significados que pueda tener una palabra garantiza la sumisión del sujeto a un discurso, y la sumisión del hombre a un discurso es la puerta de entrada a la segunda máxima propuesta por INGSOC: La libertad es la esclavitud.
    A modo de conclusión cabría decir que la lengua como producto social es sujeta al dominio de las grandes elites y Orwell lo demuestra muy bien a través de su obra 1984. Pero también cabe decir que nuestra sociedad actual no se aleja de aquella visión futurista retratada por Orwell a través de su obra, puesto que aunque no se ve una neolengua como tal, sí se ven múltiples discursos que enajenan al hombre y que lo convierten a su vez en un ser despolitizado incapaz de reaccionar a los designios de los altos mandos, sujeto al miedo que infunde la policía del pensamiento.

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. Winston Smith tiene que llevar como muchos el peso de un régimen totalitario, que no sólo le invade su vida diaria, sino sus pensamientos y bajo la figura del Gran hermano el partido controla todo a través de las telepantallas, de las cuales Wiston como muchos otros tienen que esconderse, para tener un poco de privacidad, es así como sus pensamiento e incluso el acto y el deseo sexual empieza a ser controlado y vigilado.
    El partido busca crear cierto “confort” en la población civil, es decir que no se piense que un tiempo pasado fue mejor, porque ahora, sólo ahora se vive mejor, acoso quién recordaría lo contrario? Una de ello evidencia es la neolengua que se habla, diseñada para no permitir otras formas de pensamiento opuestas al partido.
    Es así como nos cuestionamos acerca del cambio de los tiempos y miramos paralelamente la obra de Orwell con nuestra época actual, vemos que definitivamente los que controlaron el pasado ahora controlan le presente , que borraron la historia e impusieron la versión de ellos y quién hay por testigo para decir lo contrario, era esta la sensación que tenía a menudo Smith, la sensación de no estar seguro de que lo que si recordaba de su infancia había sido realidad ,duda y desconfía de su pasado y si hubiese sido así ¿quién era él para afirmar totalmente lo contrario?
    Ahora bien, ¿qué hace Winston para tratar de salir de toda esta opresión ejercida por le partido y sus seguidores? pues bien Wiston siempre buscaba los medios para huir del Gran hermano que los vigila, y es por todos estos factores que Winston arma una revuelta, sin el apoyo de muchos y juzgado por miembros y seguidores del partido como O` Brien. con ello Winston pretende demostrar el miedo a ser homogenizado y por supuesto dominado , y tal como pasa hora los organismos de control , son también policías del pensamiento.

    ResponderEliminar
  8. Alejandra Cruz Amador: “Pero ahora no se podía sentir amor puro o deseo puro. Ninguna emoción era pura porque todo estaba mezclado con el miedo y el odio. Su abrazo había sido una batalla, el clímax una victoria. Era un golpe contra el Partido. Era un acto político” Acto político que se ubica en la afirmación de la libertad humana, en tanto se es dueño del cuerpo como de su extensión, placer o dolor. Acto político, dado por la capacidad humana de situarse en un tiempo histórico, de su devenir y de su proyección en medio de la colectividad. Ésta expresión recoge el concepto de cuerpo-mente: importante foco de análisis, principalmente por los claros intertextos con “Rebelión en la granja”, en donde Winston finalmente, al igual que los demás enemigos del sistema, va alejándose de los lugares de memoria, que lo afirmaban como sujeto político e histórico. Siendo pertinente comentar que el lenguaje en tanto escritura, se configura como centro semántico en las dos obras, precisamente recordando cómo es que los mandamientos escritos por los animales con un palo sobre la arena, van teniendo cambios inconscientemente en su contenido o cómo es que Julia traza el camino conocido con exactitud para los encuentros amorosos en el campo. Escribir en un acto desesperado por salvaguardarse ante la inclemencia de los días y sus eventos, moviendo la conciencia e intentando afirmarse mediante el movimiento del cuerpo sentido, para superar la imagen del “otro” sobre el “yo”. Así pues, la memoria corporal en tanto el acto de narrarse así mismo, se constituye como centro de significación, desde la óptica de lectura que prioriza los pensamientos de Winston o Julia, respecto a la constante lucha presente en la tarea por no dejar que el “otro” irrumpa en los recuerdos, es decir, que logre eliminar la sensación que le da sustento a las representaciones del yo, en tanto sujeto de deseo en busca de la libertad. “Habría parecido una herejía política, una excentricidad peligrosa, algo así como hablar consigo mismo.” Aterrizando lo anteriormente esbozado a partir de la novela, es claro entender cómo es que si un sujeto no supera los cambios imperativos del sistema económico, adaptándose a lo “nuevo”, va quedándose relegado a la no acción, al –no ser- en tanto no puede proyectar su yo: no soñar, no trasgredir lo material, no construir, empezando a amar las sillas cómodas de la represión, sustituyendo confusamente las fuerzas y los actores presentes en el sistema del “tigre salvaje” capital.

    ResponderEliminar
  9. La muerte de Winston es dejar de ser él, le demostraron que podían entrar en sus pensamientos, que podían controlarlo, que el poder del Partido llega más allá de donde podía llegar a imaginarse Winston, creyendo ciegamente en el poder recóndito de los “proles”, que surgiría para cambiar el presente absurdo, oscuro, en el que el protagonista de 1984 se encuentra sometido.
    Es al Ministerio del Amor, donde es conducido Winston, el lugar donde será “reformateado”, transformado y renovado a fin de fortalecer el poder del Partido, que como lo explica O´Brien (el “reformateador”), es el “Poder por el Poder”, lo importante es controlar, ese es el medio y el fin, es lo mismo que buscan las pequeñas élites que quieren ser grandes élites, los grupos que luchan para cambiar las injusticias. Esa rebelión también busca el poder, el control. Pero en este mundo Orwelliano, la rebelión también hace parte de las creaciones del partido; no hay salida, de una u otra forma está obligado, Winston, a permanecer y ser, realmente ser, no pertenecer, sino ser el partido.
    Desde el futuro que relata Orwell, principalmente con la neolengua, podemos ver la cercanía al pasado, la evolución del ser humano, en que sus palabras todavía no poseían la amplia cantidad semántica que ahora; por ende, su memoria es corta y su habilidad de comunicar a los demás y a sí mismo se ve diezmada; son simios obedientes, adiestrados, sin memoria.
    Algunas imágenes de esta historia, se pueden ver también reflejadas en la historia “Rebelión en la granja”, el trato de persona a persona es de “camarada”. El líder (Napoleón) construye la imagen de un enemigo del estado, personaje que siempre, por una u otra forma (hasta mágicas), logra sabotear e infiltrarse en la granja (Snowball), como lo haría Goldstein en 1984. Los dos fueron personajes que hicieron parte de la revolución y creación de los estados a los cuales pertenecen, la granja y Oceanía, respectivamente, son reales, pero nadie los ha vuelto a ver y por ende trabajan entre las sombras; y, son así también los íconos a los cuales culpar de las injusticias y de las circunstancias que contribuyen los racionamientos de comida, la mala vivienda las diferencias de clases sociales, la guerra, etc. El control del pasado por parte del partido, en el ministerio de la Verdad, también lo hacen lo cerdos en la granja “Manon”, borrando los mandamientos.
    Julián David Pardo Ramírez

    ResponderEliminar
  10. Perdida de identidad y reconocimiento en 1984 de G. Orwell
    De alguna manera la pregunta por la existencia de un gran hermano en 1984 realmente lo seria para mí la pregunta por la identidad, y por aquello que el totalitarismo ejerce sobre los humanos que los hace perder esa condición.
    En el libro 1984 Orwell nos muestra como las personas por su condición de humanidad pueden llegar a perder su identidad para ser una masa vigilada y controlada por un sistema autoritario ejercido por medio de la tele pantallas y siendo el gran hermano el gran dictador.
    Winston Smith, es uno de los personajes principales de la novela, y trabaja para el partido que gobierna Oceanía es una prueba de la búsqueda de una identidad en la novela, este se da cuenta que lo que el hace en su trabajo es crear y mantener una mentira e intenta recuperar la verdad, la historia y termina perdiendo de raíz todo aquello que le significa ser un yo.
    Este asunto se puede contrastar claramente con otras producciones cinematográficas como En la película “la ola” un profesor alemán intenta mostrarles a un curso acerca de la autocracia y para ello los sumerge en un contexto totalitarista, en un régimen que los hace a todos una masa y pierden su individualidad confundiéndolo todo y terminando con el suicidio de un estudiante y varios traumas sicológicos en los demás pero demostrando así que un régimen como el de Hitler puede volverse a repetir si de igual manera que en el pasado abandonamos nuestra individualidad y con ello nuestra humanidad y reconocimiento del otro, cuestión también representada por Orwell como en la película metrópolis
    Con estos ejemplos podemos ver como el totalitarismo funciona y como las personas cometerían los mismos errores y perderían su propio yo para ser un grupo y pensar como masa, esto nos hace acríticos, nos convierte en seres una y otra vez sin capacidad de pluralidad, poder reconocer su individualidad y pensar en la pluralidad y con la modernidad en los derechos del hombre.
    Con Orwell vemos de una manera descarnada la situación no solo actual sino ya de muchos años respecto a la clasificación social con un proletariado llevado a ser miserable y una clase alta libre de todo e inconsciente de lo otro como sujeto. Además existían cuatro ministerios (ministerio de la verdad, de la paz, del amor y de la abundancia), cuya función es la de vigilar y transformar todo aquello que dañe al partido, de estos ministerios es victima el personaje principal así como julia quienes al ser descubiertos por la policía del pensamiento y sometidos y torturados por el ministerio del amor hasta el punto de perder toda conciencia y ser recuperados por el partido a entregar todo su amor al gran hermano exclusivamente evidencia máxima en la novela de la perdida de identidad tanto por parte de los personajes principales que luego de la tortura no son ellos mismos sino algo otro como por parte de quienes ocasionaron la tortura ya que pierden su condición de humanidad y son capaces de infligir todo tipo de castigo y traición como es el caso de O’brien por que se encuentran dominados por un estado totalitario

    Erika Gonzalez
    COD:20092160074

    ResponderEliminar