viernes, 7 de octubre de 2016

El magnetismo de Maupassant

He tratado muchas veces de evitar a Maupassant, incluso he querido pasar alguna temporada sin ser víctima de esa atracción que me hace vulnerable. He querido escapar, como uno más de sus personajes de ese efecto pernicioso, ese Horla, que susurra en cada una de sus páginas. A veces creo que me he, por fin, liberado de ese efecto seductor que gravita en cada una de sus historias. Pero inevitablemente, después de largos merodeos vuelvo a caer víctima del endriago. 

A veces, es verdad, me he demorado disfrutando esa capacidad que, insisto, tiene el joven Maupassant para retratar a los pobres paisanos de su país, a los locos, a los obsesivos, a los que guardan el elixir de una vieja y poderosa historia. Entonces se me muestra como un joven terrible que lleva en su prosa un estilete implacable, capaz de penetrar en lo más rudo del alma humana, y que con una lucidez descarnada nos deja conocer qué mediocres, qué cómicos, qué lastimosos a veces somos los seres humanos. 

En otros momentos veo siempre surgir el enfant terrible que recorrió los laberintos del alma humana y que atisbó el pozo profundo de las pasiones humanas, el delirio, la obsesión, la locura. En esos momentos se me aparece, en la plenitud de su juventud abrasado ya por el delirio y la desesperación. 

Nadie como él aprendió a sobrevivir en medio del cientificismo delirante de su época, del pragmatismo burgués y de la novelería romántica; lúcido, sabio, burlón e incluso procaz supo desprenderse del sentimentalismo, de los pedantes científicos, de las élites artísticas: lo que sé de él lo sé ignorando adrede su biografía y acercándome más al mundo de hombres fue creando.

Rechazaba las extravagancias y las supersticiones, pero como Poe, fue el mejor cronista de la credulidad humana; miraba con recelo los artilugios literarios; creó una poesía diáfana que aborrece del formalismo. Aunque renunció a los versos, sus personajes son justamente líricos,  intensamente dramáticos.

Como todos los grandes, los pocos, grandes cuentistas que en el mundo han sido, su arte es límpido, insondable, interminable, irreductible. Vuelvo a Maupassant para encontrar el efecto magnético de sus historias. Al final de sus relatos, flota siempre una aire de suspenso, de nostalgia, un inquietante silencio. 

34 comentarios:

  1. La mano , si esta mano asesina la que se nos relata en el cuento, ¿toma vida por si misma o es reclamada por su dueño que viene desde el mas allá? , historia que nos guía a través de una sería de imágenes de casería, de muerte, de asombro , un hombre que asesina a su enemigo y como trofeo arranca su mano, mano que se descompone y se deteriora transportándonos a atmósferas de horror, de impresión; historia corta pero que nos permite disfrutar de ambientes de miedo,asombro y sobre todo de suspenso, se nos dan las herramientas para deducir la realidad de lo que acontecio y poder sacar nuestras propias conclusiones.

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  3. Quizá sea la figura del miedo como fundante de una atmósfera insólita e imprevisible dentro del relato, el rasgo principal para definir la presencia de lo fantástico en la obra de Maupassant. Allí donde la situación obedece a causas inexplicables, el miedo apunta a ser la sensación primera del personaje. No sin causa, en El miedo se afirma que sólo tiene lugar el miedo ante lo incomprensible, mientras que en La mano es nombrado lo desconocido como lo inexplicable. Bajo los anteriores títulos son presentados dos eventos imposibles de ser dilucidados en condiciones racionales de realización: ni la muerte del forastero, ni la presencia fulminante de los dos ‘miserables harapientos’ son casos develados en circunstancias ordinarias, y en consecuencia, se presentan como eventos fantásticos.
    El miedo que entraña la experiencia fantástica se presenta como una constante de imprevisibilidad relacionada con la ausencia de causas que expliquen racionalmente el hecho. No obstante, debido al carácter insólito e irregular de los eventos fantásticos, se precisa en la mayoría de los casos la corroboración o justificación de lo acaecido. Esta justificación, necesariamente parcial, tiende a explicar el evento fantástico mediante un conjunto de señales concretas que revelan la existencia empírica del evento.
    El personaje afectado, quien carece de argumentos para comprobar una aparición fantasmal (Aparición), el asesinato de un forastero (La mano), o la lúcida experiencia de un sueño (Magnetismo), no puede recurrir más que al relato de señales (los cabellos de la mujer aparecida; las huellas de la mano y su desaparición; la relación amorosa que sucede al sueño) que, aunque evidencia del suceso, son incapaces de explicar el hecho, y apelan a la creencia como única salida a la incertidumbre del espectador.
    Caso contrario sucede en los cuentos La dormilona, ¿Loco? y ¿Él?, donde lo fantástico se encuentra ligado a la experiencia onírica e indefectiblemente personal del suceso. La causa del objeto inexplicable reside en la mente del personaje:
    “Me acobardo; es una locura; pero el caso es que me acobardo. ¿Quién es? ¡Ya sé que no existe, que no es nadie! Sólo existe como imagen de mi angustia, de mi desasosiego, de mis temores. ¡Basta, basta!”
    No existen dentro de los relatos señales que refuercen la realidad de lo acontecido, pues el sueño en el París de Boulanger, o la trama psicológica en la que se envuelve el (celoso, loco) amante, surgen como creación del personaje. Contrario a lo que sucede en los cuentos ya señalados donde la posibilidad de existencia ‘real’ del suceso fantástico es latente -por la presentación de señales concretas y la intención misma del suceso de ser narrado ante unos personajes espectadores- la justificación de La dormilona, ¿Loco? y ¿Él? reside respectivamente en el sueño y los razonamientos del protagonista; modos que por sí mismos son susceptibles de indicar el carácter imaginario aunque igualmente fantástico del relato.

    Estefanía Cortés
    20121160008

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  4. Un objeto Sobre el agua es mecido al ritmo del viento, así como la mente se mece y retuerce en presencia de la soledad. Cuando estamos solos y el silencio nos habla comenzamos a exteriorizar nuestros temores, los sentimos afuera. Regurgitamos estos temores de nuestra conciencia en un acto de libertad, pero los regurgitamos para enfrentarlos directamente, para vencerlos exteriormente. Nuestro personaje divagó en su soledad, se obsesionó y materializó su miedo en la realidad. Maupassant, en este cuento, logra crear una coyuntura en donde el personaje se asusta así mismo y en donde el lector presiente que los hechos son veraces, pero todo es puesto en duda bajo el fundamento del sueño. El personaje no sabe cuánto tiempo pasa porque se ha quedado dormido y, al despertar, todo está nuevamente estable. ¿Sueño o realidad? ¿Vivencia o inconsciencia onírica? ambas posibilidades son igualmente escalofriantes, pero, si todo fue un sueño y nada fue real, el final del cuento vuelve a estremecernos ya que aparecer un muerto debajo del ancla, donde nadie esperaba encontrar un muerto. Es hora de re-formular todas las interpretaciones.

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  5. La literatura fantástica y su estudio siempre requerirá una para obligatoria, esa parada es el autor de origen francés Guy de Maupassant. En esta ocasión y según las indicaciones dadas, he seleccionado uno de sus cuentos, el cual ha sido cuento de navidad; la razón de seleccionar este cuento es muy básica, y es el amor que le tengo a la época, a sus climas de baja temperatura, su festividad sin fronteras, su estilo único y alegre, y por sobre todo, porque no encuentro mejor época para hacer deslumbrar la fantasía.
    En este corto escrito me enfocaré principalmente en mi recepción del texto, de sus detalles más llamativos y ver con claridad el estilo que maneja Maupassant, y con esto en la parte final dar un vistazo a como creo yo según las lecturas que el escritor entiende fantasía en la literatura.
    En un primer vistazo al cuento, encuentro una particularidad notable en esta, la historia es contada por un médico a unas cuantas señoras, en lo que parece ser una charla casual. Y la pregunta lógica seria acerca del porqué de esto y a que se debe ese préstamo de importancia, por lo que objeto que esta es una muestra para darle valor a la fantasía; ya que un acto tan cotidiano como una charla amena de sucesos extraordinarios (es más común de lo que se ve) es un ambiente perfecto para dar inicio a un relato fantástico, y algunos autores como Casares y Todorov lo tenían muy en cuenta.
    Ya empezados con el relato del doctor entra a escena otra condición fundamental de la obra fantástica, el ambiente. Las gélidas tierras normandas, donde un manto blanco azota el ambiente rural quedan muy bien para una historia tanto de contexto fantástico como navideño. En este caso el ambiente no es tan festivo, el clima arrebate con fuerza y la situación de la mujer poseída dan un toque grisáceo a un cuento que esperaba rebosara el luces brillantes y galletas con leche, pero claramente, el clima de natividad llegaría.
    El escenario eclesiástico que dio lugar a la salvación mental de la señora fue casi palpable, a mi parecer fue una forma notable y espectacular de enfrentar el problema de posesión; la muchedumbre y la ostia con estela de luz dieron una imagen que seguramente sería inspiración para cualquier artista barroco.
    Viendo este cuento junto a oros como “¿él?” o “Bola de sebo” puedo llegar a un vistazo de lo que para Guy significa la fantasía en sus cuentos, y esta es, ocupar espacio de gran realismo, con personajes reales y vidas normales envueltos en algún objeto o incidencia de carácter sobrenatural, donde se reúnen las experiencias racionales con las irracionales.

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  6. Magnetismo, este relato comienza explicando la escena general, donde se encuentran varios hombres todos ellos aparentemente muy perspicaces e inteligentes los cuales son poco dados a todo aquello que en apariencia no se puede explicar de manera lógica, pero aun así hablan del Magnetismo, explicando toda suerte de magias, trucos y demás, hasta que uno de ellos el que parece ser el más aséptico frente a estos temas, decide contar dos historias que parecen ser fantásticas y con una explicación racional, que al simple ojo de cualquiera parecería explicarse a través del magnetismo, este narrador logra descifrar esta primera historia de manera fácil y muy racional, pero la segunda historia donde él es el protagonista, es en apariencia una historia que es poco lógica y bastante extraña de explicar. En esta segunda historia en particular es en la que el narrador no puede explicar de modo racional todos los sucesos, puesto que no puede aclarar los hechos que en esta historia se dieron, ya que no puede advertir cómo termina enamorándose y desando de manera descontrolada a una chica que, como él dice, no tiene nada especial, por lo que entonces ahí tal vez es que se puede revelar aquello de lo que los hombres hablaban en un principio, eso llamado el magnetismo y que el narrador de esta historia muy asépticamente veía, porque al final solo puede adjudicarle este hecho a la coincidencia, que de por sí es un elemento del azar y de la suerte si se quiere

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  7. Que puede decirse si al final de cuentas todos en nuestra vida nos hemos sentido un poco locos o “locas”, no es accidental que al leer este cuento de Maupassant el texto en sí cuestione toda aquella realidad de la cual se nos hace fácil o no desprendernos, partiendo de componentes no solo personales sino también contextuales.
    El miedo, ese que aguarda y se esconde en cada una de las etapas de nuestra vida se evidencia en el quebranto, en esa pérdida que se encarga de crear una serie de cuestionamientos sobre todo aquello que nos rodea. Posiblemente tener la eventualidad de encontrarse frente a frente con sí misma, pudo crear un universo ajeno a todo aquello considerado como lo existente, un mundo en donde la demencia no solo de esta “loca” también en “el loco” y ¿loco? Muestran la delgada línea que separa la fantasía de la realidad.
    Así pues. cabe la posibilidad de discutir qué extraños sucesos son los que se encargan de determinar hasta dónde puede llegarse al momento de definir que es todo eso que tiene la locura, el miedo, el misterio; cuando estos se entrelazan con el fin de crear una loca que se encuentra envuelta en un sufrimiento perpetuo creado por sí misma, ese mismo que posiblemente determino lo que pudo o no suceder con ella.

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  8. Análisis: El loco Guy de Maupassant

    El loco de Guy de Maupassant, comienza a narrarnos la historia de una persona muy importante para la ciudad de Francia y por su descripción de que este hombre fue admirado por su labor, por su trabajo en perseguir a los criminales y defender a los más débiles, murió a la edad de 82 años. Lo que se supondría como lector sería que es una historia sobre sus hazañas y logros de su trabajo, pero con el paso de la historia se torna muy distinta cuando después de su entierro el notario, descubre un estremecedor documento en el escritorio en donde él solía guardar los sumarios de sus grandes casos, esto le daría un giro a la historia de este hombre.
    su primera hoja titulada ¿por qué?, con esta pregunta se desencadenan una serie de hechos ordenados con fecha y explicación de lo sucedido, y su principal elemento es el cuestionamiento sobre la muerte, y su deseo por la muerte, esa muerte de terror que nos va a mostrar el autor en este cuento es sorprendente la manera como nos envuelve como lectores en una historia completamente de terror y muerte, cada una de sus descripciones nos hace imaginar la crudeza de sus crímenes uno a uno, primero anticipándonos con cuestionamientos acerca de la naturaleza de matar como cualquier animal que lo hace por instinto, y luego describiendonos la crudeza de cada muerte, comenzando por un pajarito, un niño y por último un hombre, los tres sucesos son detalladamente explicados él como lo hizo, cómo y cuándo, pero lo más sorprendente y terrorífico es su deseo de ver morir y lo bien que se siente de lograr cada uno de sus asesinatos, el sentimiento de goce después de cada muerte y su burla hacia los demás porque sabía que nadie nunca podría sospechar de él, y termina el cuento diciendo que: “Los psiquiatras que lo han estudiado aseguran que en el mundo existen muchos locos ignorados, tan hábiles y temibles como este monstruoso lunático”

    Rudy Carolina Rodríguez Cortés
    Cód. 20112160074

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  9. La locura, la muerte, la enfermedad, la pena marcan la obra de Maupassant. los elementos fantasticos del autor se afirman en contextos de terror, de miedo, de lo desconocido , como por ejemplo el cuento del miedo, en el que el se pone sobre la mesa , la experiencia del verdadero miedo. el autor lo desarrola con naturalidad, en donde se percibe presencias de aterradoras, que sòlo usmea el perro. quien desde su perturbacion ladra a las tinieblas que se aproximan , que visitan lugares antes habitados. los elementos fantasticos del autor aparecen en los contextos mas cotidianos, en las condiciones mas concurridas de los seres humanos, como la soledad. el verdadero miedo es un lugar que se conoce verdaderamente gracias a la presencia de las tinieblas, en las que las leyes naturales no alcanzan para definir la explicacion de las percepciones que confunden la realidad.

    Elkin Andres Cristancho
    20122160109

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  11. Guy de Maupassant nos adentra una vez más en un relato dentro de otro de sus intensos relatos, la historia que un extraño barquero le va a contar al narrador de “Sobre el Agua”, cuento escrito en 1976 -año importante para la relación que a continuación propondré-. Le va a contar, entonces, una de sus más siniestras aventuras náuticas; y se la va a relatar en una noche, caminando juntos a orillas del río Sena, lugar que Maupassant frecuentaba con gran fascinación. Una vez creada ésta viva escena nocturna, una vez instalado el ambiente propicio para el relato a contarse, con el fuego encendido de la pasión y la obsesión que por los ríos arde en el interior del barquero, inicia en seguida la narración de su aventura.

    Lanzar el ancla de su barco una noche yendo a su casa para fumar una pipa, rodeado de un provocador ambiente, fue para el barquero la enclavación de un terror que duraría hasta el amanecer. De “Sobre el Agua” podemos pensar en innúmeras posibilidades sobre la muerte de aquella anciana encontrada al subir con esfuerzo el ancla del barco… y luego, en el cuento “La dormilona”, escrito hacia 1889 va a revelársenos, como una especie de secuela, que a lo mejor pudo tratarse de uno de los miles de suicidios de la época.

    Pero el narrador de “Sobre el agua” no parece ser el mismo de “La dormilona”, Maupassant al inicio de cada cuento nos presenta el río Sena, significándolo en el discurrir de cada relato con desenlaces que parecieran ser una misma revelación sobre una obsesión de su vida misma: La muerte que habita el río y que se desvela en la bruma que flota sobre él en la noche, la ensoñación creada por una noticia, una circunstancia social que en torno al mismo autor ocurre en ésta época de finales del siglo XIX en Francia. Empieza a hablarnos acerca del Sena como lugar del tema principal, en dos épocas distintas que una tras la otra nos van a llevar a los horrores ocultos bajo ésta “hermosa, ancha, lenta, larga corriente de plata” (La dormilona), “ilimitado, silencioso y pérfido río” (Sobre el agua).

    Éste tipo de muerte que es auto provocada, de que puede inferirse se trató la de la anciana encontrada con el ancla ensartada y la piedra atada al cuello en “Sobre el río”, la significa Maupassant desde un clamor en los miles de suicidas por medio de un “Dadles a quienes renuncian a vivir la limosna de una muerte que no sea repugnante ni espantosa” en “La Dormilona”. Y así es como ensueña luego ésta sátira del aparato institucional “de la muerte voluntaria”, erigido desde un sentimiento de vergüenza social: “No sólo era un feo espectáculo para los que prefieren vivir, como yo, sino también un mal ejemplo para los niños. Y entonces fue preciso centralizar los suicidios”. Era preciso entonces mercantilizar la muerte dada su naturalización y siendo con ello causa de alarma no por en el interrogante acerca del sentido de la vida que masivamente se estaba perdiendo, sino con infames escrúpulos por conservar una estética del paisaje como el plateado Sena que debajo de su apacible brillo oculta y debe la sociedad seguir ocultando en lo más hondo una gran vergüenza para quienes “sí quieren vivir”, ayudando a los desesperados con el mayor decoro y el menor sentido de dignidad humana matandolos "con limpieza y suavidad".

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  12. Loco, de Guy de Maupassant, presenta un escenario bien interesante, en el que un personaje, juez, ha muerto. Encuentran su diario en el que se encuentran las reflexiones que él ha tenido. Desde luego, lo que escribe termina, por lo menos, por generar una sensacion de inestabilidad, de vacio y que a la vez, por lo menos a mi, me genera cierto escozor. Hablar de la muerte de hecho, en muchos escenarios genera escozor, esta inestabilidad que menciono; de hecho, hasta parecen lógicos los razonamientos que ofrece sobre la muerte. Y su lenguaje, su lenguaje no puede mas que ser directo y a la vez descarado. La risa que ofrece de vez en cuando en los momentos en los que la investigación se aleja del personaje, es mas que sarcástica y maquiavelica. Inclusive, el mismo final del cuento deja esta sensación bajo la cual, todo pudo haber pasado, aun cuando anuncia que no hubo mas muerte.

    La muerte para el personaje, no solo tiene que ver con el final de la vida, sino con la posibilidad de gestionar el orden de la naturaleza, la muerte y la vida como el equilibrio de la balanza. Y aun mas allá, la posibilidad que con la muerte se presenta en el momento en que ya no solo es mantener el equilibrio, sino el placer que ella conlleva. Este es el gran asunto del cuento. La justificación para matar, y, con ella la posibilidad de saciar aquellas sensaciones que se ofrecen como parte de la condición humana.

    Maupassant entonces, ofrece en el marco del suspenso y el terror, una reflexión respecto de la muerte que se enmarca en múltiples aspectos que van desde la estabilidad y la protección de la raza, hasta el placer personal innato de la condición humana. Dentro de este placer personal, cabe la pena resaltar que en el personaje se presenta cierto cinismo que hace posible la situación, especialmente cuando de alguien importante para la ciudad se trata.

    Fabian Camilo Rubiano Aldana
    Código: 20102160048

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  13. EL MIEDO.
    Guy de Maupassant
    [Comentario]

    Cuantas veces no hemos estado de noche solos en casa viendo la tele, escuchando música o chateando en el computador; y de repente el hambre o las ganas de ir al baño nos hacen caer en cuenta de que tenemos que movernos para enfrentarnos a la oscuridad o al silencio en el que se encuentra sumergida nuestra casa. Ahora bien, esta situación se agrava si hemos terminado de ver una buena película de terror o si ronda en nuestra mente una leyenda, o alguna historia de apariciones contada por nuestros abuelos, familiares o amigos.
    Estas creencias, este miedo alimentado por el folclor o la religión ha logrado más de una vez erizarnos los pelos o dejarnos paralizados ante algún ruido a media noche, o las leves impresiones que solemos tener de que alguna sombra nos merodea furtiva y se ha dejado atrapar en una fracción de segundo por el “rabillo del ojo”.
    Guy de Maupassant conocía bien estas emociones que solemos tener, y en su cuento “El miedo” deja entre ver cómo un hombre atormentado por la culpa y el folklore sufre los delirios que nuestra mente puede crear. Sin duda una adversidad, un atraco, un accidente, o cualquier situación que nos lleve a sentir en peligro nuestra vida; nos causa pánico o desespero. Pero el miedo para Maupassant va más allá de situaciones en las que nos encontramos cara a cara y así materializadas, se nos es fácil darle rostro y racionalizar la causa que ha provocado nuestros temores.
    El miedo en este autor, tiene que ver con nuestro enfrentamiento a lo “sobrenatural” a todo aquello de lo que por su carácter de intangible, no sabemos si correr o racionalizar y que al perder el juicio, pues fácil no es encontrar la causa por la que el perro ladra o aúlla en el patio en la madrugada, nos hacemos víctimas del pánico y en lugar de atrevernos a cualquier cosa, nos vemos entregados a las leyendas y cuentos de espíritus que nos pueden tomar por sorpresa; desde cualquier ángulo de donde sea que nos encontremos. Y aún sin saber sus motivos, puesto que sean buenos o malos nunca estamos, ni estaremos, preparados para una situación como aquella; la paranoia nos puede acorralar y antes de que cualquier cosa “sobrenatural” ocurra, ya hemos caído tremendamente en el auto acorralamiento de una serie de ruidos o sucesos que bien han podido tener una explicación, o que bien nunca la tendrán y servirán de refuerzo para unirlos con otros acontecidos y así argumentar una especie de persecuciones sobrenaturales.


    Javier Gómez
    20131160114

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  14. La muerte, esa instancia que nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte, esa puerta gigantezca que ni siquiera los dioses se pueden negar a cerrar, circunda en distintos relatos de Guy de Maupassant. Abordada desde la incertidumbre; alabada, cuestionada, dignificada y puesta a la diestra de la vida como cumbre de la felicidad; la muerte se llena de preguntas entre respuestas enreversadas y es deber reconocerse en el estilo de este escritor francés la enorme facultad de vincularla al ser como parte sacra, unitaria y propia a todo a través de su escritura.

    Esta característica señalada puede tener mayor fuerza con la lectura de un cuento que, en lo personal me atrajo aún con mayor fervor a la obra de este artista. "La dormilona" es un relato cargado de profunda sensibilidad; debe reconocerse en ella la enorme capacidad de profundizar sobre la muerte no como un simple hecho que viene sino que puede presentarse debido a lo que Maupassant ha llamado "el envejecimiento de la vida". Morir es entonces no sólo un acto consecuente de la vida propia sino de la vida social, cultural, ética y política. Es responsabilidad del mundo, la barbarie y la crueldad con la que se ha denigrado la condición humana. No se habla de la muerte como un simple fin sino como la única salida entre la basura exiatencial que pudre y llena por dentro el sentido vital. El suicidio entra aquí en juego como algo que debe ser digno de reconocimiento, algo menos repulsivo y un llamado de atención frente a una sociedad enferma, envejecida, indolente y, aunque como sociedad, crece en soledad.

    Llama la atención el hecho de que para una época como esta se hable de la muerte desde esas aproximaciones. En últimas, el fin de este relato no es la muerte misma sino la sociedad consumida hasta los huesos por el ácido de la indiferencia, la ignorancia, el abandono propio y la inconformidad por el mundo que hemos construido desde hace ya tanto tiempo.

    Junto con la dignidad de la muerte voluntaria; como llamado revolucionario a un cambio social ante la indolencia y el temor a morir, otros elementos pueden destacarse de la obra de Guy de Maupassant. Para el caso concreto de la dormilona, el título nos sugiere, en términos de Propp, una prenda que guía el curso de la historia y que sólo hacia el final conocemos su función. El encargo es pues, la función encomendada para dicha prenda y en este caso podemos inferir que su labor era otorgarle dignidad a la vida (miserable, tortuosa) y a la muerte (recibida con miedo e indignación). En general podemos vincular a la obra de este autor el miedo por lo inexplicable, que viene a ser lo fantástico en sus escritos. Supersticiones, apariciones, magnetismo, espíritus y fenómenos no conocidos conforman este cultivo de caracteres propios. Además, el uso de captar la observación sobre todos los elementos circunscritos a la narración, el naturalismo estético con el que se ve con crudeza la sociedad, la exploración profunda del alma de sus personajes y la capacidad de pintar "caricaturas literarias"con tanta facilidad; hacen de su obra un completo encanto maestro, lleno de clase, detalles y perfección magnética.

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  15. El loco, de Guy Maupassant, nos adentra en la justicia irónica de las instituciones legislativas, jurídicas y políticas. Ya que tras la muerte de un personaje “ejemplar”, capaz de leer los pensamientos e intenciones ocultos en lo más recóndito y profundo del alma de asesinos y delincuentes. Enterrado entre honores y lágrimas de muchos que lamentaban su partida se descubre días después gracias a la intervención de un notario un escalofriante relato, en el escritorio donde el difunto solía archivar sus más importantes casos, titulado ¿POR QUÉ?
    Así pues la fachada perfecta de honorabilidad comienza a desdibujarse línea tras línea en la cual el personaje de la historia narra y describe con la mayor naturalidad posible el placer tan abrumador que da la muerte. De hecho, ese goce profundo de asesinar no sólo está suscrito en nuestro personaje principal sino que, Maupassant en este cuento, también recrea un escenario desde el cual se cuestiona ese instinto natural que tiene cada ser humano, animal y ser vivo por asesinar, un acto que a pesar de ser condenado y reprochado hoy en día por la sociedad, sigue siendo un instinto tan fuerte que de vez en cuando necesitamos de guerras para saciar esta necesidad.
    Y más paradójico resulta pensar que a los mayores artífices de estas matanzas terminan siendo condecorados o tributados con los más grandes honores; Algo parecido sucedió con el personaje principal, del relato, que en vida logró ser una persona tan temida como respetable por todos; y es el que difunto no era un simple homicida. Por el contario, era una mente criminal con el poder suficiente para impartir justicia; con potestad de culpar y juzgar a otro. Con la inteligencia suficiente para esperar su momento y no cometer imprudencias que pudieran delatarlo.
    De ahí que el asesinato del parajito, el niño y el pescador quedarán impunes y es que [...] “en el mundo existen muchos locos ignorados, tan hábiles y temibles como este monstruoso lunático” O al menos eso es lo que nos dice Maupasant con esta frase tan magistral que pone fin al relato. Una narración que más allá de la estética genera una reflexión en torno a la muerte, justicia y deseos de asesinar que tienen algunos.

    Cristian Camilo Cabra R. 20142160004

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  16. GUY DE MAUPASSANT, SOBRE EL AGUA


    Henry René Albert Guy de Maupassant, nació en Francia en el año (1850- 1893). Este cuento fue escrito en 1888 este es cuento corto en donde nos ilustra, un espacio nocturno, el ruido de la oscuridad, los sonidos con tan solo que se parta un rama es algo tétrico en un ambiente de hostilidad un rió, el contexto histórico social juega un papel muy importante ya que analiza lo fantástico, desde lo real y luego da un brinco a la fantasía pero esto es algo que no se espera , es algo increíble pero que en realidad sucede, es algo sobrenatural, misterioso y un poco tétrico.

    El cuento empieza narrando al rió Sena y era en donde el autor se iba a dormir, allí conoció a un vecino el cual era el tipo mas raro que había visto , este era un viejo barquero y siempre le gustaba estar sobre el agua a él le gustaba contar historias de sus viajes acuáticos, el hombre tenia muchos recuerdos sobre sus viajes… Para el pescador la tierra tiene limites en cambio el mar es abierto es leal, el río es silencioso y pérfido, no ruge en comparación con el mar…
    El nudo de la historia sucede en río cuando el narrador cuenta como después de un largo recorrido él se cansa y sumerge el ancla en el rio con el fin de descansar el autor se pone a ver la noche, la luna las estrellas, el silencio nocturno, los animales y sus ruidos exóticos; la cadena del ancla se enreda en el agua y es algo imposible de sacar, dentro del río tal vez con algún palo que está en el fondo, la desesperación de subir la cadena y que esta no suba se va a apoderando poco a poco de su cordura ya que los ruidos nocturnos lo atormentan , no le dejan pensar en cosas razonables, solo piensa en lo que pueda pasar en el hecho de estar allí, que se gire la barca es otra posibilidad que le atormenta a su ser, es mas el no sabe que hacer en ese momento cuando quiere seguir su camino y se atora su ancla esto le causa frustración y el tiempo se alarga, no corre, va muy despacio , su mente no esta ocupada y empieza a pensar sobre su alrededor, los peligros que puedan haber allí en ese lugar tan oscuro, la niebla ya no deja ver muy bien que esta pasando , el croar de los sapos le atormentan.
    Al final y ya un poco mas calmado ve a su alrededor una barca pasar y grita pidiendo ayuda un pescador lo escucha y corre a auxiliarlo y entre los dos halan el ancla la cual estaba muy atoraba y despacio logran sacar el ancla. Se dan cuenta que al final del ancla ven una masa negra y la suben a la cubierta para descubrir que era el cadáver de una anciana que llevaba al cuello una piedra de gran tamaño. Obviamente los dos quedan muy impresionados puesto que era algo que no se esperaban.
    Para concluir vemos un relato de lo real, de lo cotidiano ese salto a lo fantástico tan abrupto ya que sucede algo inesperado en este cuento vemos el terror, la angustia, la oscuridad, la niebla, el contexto aterrador en el que se encuentra y que le hace perder la cordura y es algo que a todos nos puede pasar en el diario vivir.

    ANA RUBY PÉREZ HERRERA/20102160012

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  17. Loco: Comprensión de la muerte natural respecto a una sociedad moral.
    En el cuento de Loco, Maupassant desarrolla la temática del Ser y sus desencadenantes (muerte, ciclo de la naturaleza), mostrando que una serie de condiciones primigenias en el hombre lo conducen a configurarse de una manera que desborda su propia voluntad. A propósito de esto, el autor nos acerca a su postura desde el siguiente planteamiento: “¿Qué es un ser? Es una cosa animada que contiene el principio del movimiento y la voluntad que dirige este principio. Pero esa cosa acaba convirtiéndose en nada” (Maupassant, pág. 926). Y aunque en el sentido completo ya se evidencia una noción pesimista de la humanidad, no deja esta de presentar unas características del naturalismo; la relación necesaria entre el principio de movimiento, sugiere una postura que como lo señala Husserl es “es una consecuencia del descubrimiento de la naturaleza considerada como unidad del ser espacio-temporal conforme a leyes naturales exactas.” (Husserl, pág. 1).
    Maupassant acude a los campos de la naturaleza para explicar el porqué del irremediable camino de la vida humana en que “Todos los seres tienen esta misión: matar para vivir y vivir para matar.” (Maupassant, pág. 926), de manera se presenta una concepción del hombre ligada a lo físico, al entendimiento de este como ser en tanto su espacio natural, sin embargo difiere de la idea en que el hombre mejora su ser, muy por el contrario no ve en este algo más que su finitud a la nada y su propósito primero y último: la muerte. Con esta quizá el autor denuncia la decadencia de su época con un arraigo tan fuerte a la guerra, aun así no es el propósito acudir aquí a la historia, sino que quiere destacarse el profundo desasosiego y más, el cargado pesimismo que se presenta en su obra y que se alcanza a avistar en el desarrollo de Loco.
    Loco resulta ser un cuento donde el cargado pesimismo no se muestra en el prejuicio de considerar la muerte como algo execrable, sino como la naturalización de la misma como fundamento de la vida humana. Resulta necesario mencionar a Schopenhauer pues considera que “la meta de nuestra vida es la muerte, nos es obligado mirar hacia ella”(Spierling, 1991, pág. 43). Esta consideración no va a estar distante del pensamiento de Mauppasant, que por el contrario va a constituir un pilar fundamental de su pensamiento pesimista. La muerte es conexa a la vida y los medios por los cuales se llegue hasta ella resultan ser indiferentes, de ahí que matar no sea un hecho condenable sino un fundamento (una ley de supervivencia que se relaciona no con la diversidad de especies sino con el perfeccionamiento de una) que obedece al proceso selección natural de las ciencias físicas.
    La muerte entonces como principio natural, sólo es reconocida por la naturaleza y a razón de esto, no resulta condenable. Sin embargo la sociedad civilizada parece no estar muy acorde a estos principios que por el contrario son condenados en el afán de garantizar la vida. Existe entonces en aquel que parece ser un Juez la intención de romper con los orígenes morales del pensamiento humano, apelando más bien a la existencia del hombre regido por las leyes de la naturaleza, casi con un radicalismo natural desde el que se justifica que matar es un acto necesario pero se ausculta que existe cierto apetito por la sangre y más aún por burlar la ley que condena lo moral a través del crimen perfecto.

    Bibliografía
    Husserl, E. (s.f.). elseminario.com.ar. Recuperado el 7 de Octubre de 2016, de http://www.elseminario.com.ar/biblioteca/Husserl_Filosofia_Naturalista(fragmentos).pdf
    Maupassant, G. d. (s.f.). diskokosmiko. Recuperado el 7 de Octubre de 2016, de http://diskokosmiko.mx/fereylu/biblioteka-de-terror-20804/guy-de-maupassant-cuentos-completos,79442.pdf
    Spierling, V. (1991). El pesimismo de Shopenhauer. Enrahonar(17), 43-51.

    David Ricardo Rodríguez Linares – Literatura Fantástica
    Cód. 20121160016

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  18. ¿Es la ficción más poderosa que la realidad o la realidad más fuerte que la ficción? Nadie lo sabe. ¿Son reales los eventos sobrenaturales que afectan a los personajes de Guy de Maupassant o, por el contrario, sucumben a la racionalización siempre presente en sus narraciones? He ahí la tensión de sus cuentos; vive en la lucha de las creencias con las explicaciones de la ciencia.
    En Magnetismo, un joven, al hablar con otros personajes, entra en un estado de incredulidad ante el fenómeno del magnetismo. Los personajes con los que dialoga, en principio se presentan como "hombres escépticos, amables, indiferentes a toda religión", pero luego sucumben ante los hechos sobrenaturales. El joven sigue en su posición, pero al hablar de sus propias experiencias, la del magnetismo hacia una mujer no tiene explicación. La única explicación que puede darle es la de la coincidencia; pero por más que quiera racionalizar el hecho, no logra asirlo en su totalidad.
    Guy de Maupassant hace que en su circulo narrativo todos tomen una posición. No sólo lo hacen los personajes, también los lectores, quienes deben poner a jugar sus creencias con el relato para terminar con un final abierto que le permite desarrollar las creencias que ya traía. Es decir que los lectores también entran dentro de la discusión sobre la naturaleza misma de los hechos. Ya nos advierte en Magnetismo el joven que "Del mismo modo que los demás empiezan por creer, yo empiezo por dudar"; y esa es la esencia de la pluma de Maupassan, la duda continua, una respuesta que no se encuentra.

    Luisa Fernanda Calderón.
    20121160141

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  19. Lo que hace poderoso a Guy de Maupassant es el modo en que juega con la locura final, características propias, escenas morbosas y de un cerebro analítico y realista. En el cuento La Mano, es un terror personal e intransferible que nace solamente de un alma enferma. En este cuento podemos encontrar el reflejo del realismo de Maupassant, donde procura representar su obra como exacta, donde la tensión y el misterio aumenta a medida que el lector se sumerge en las letras. Guy de Maupassant pretende crear una confusión en el lector, principalmente porque el cuento se presenta como una historia "casi" policíaca, "casi" ficción solamente. Todo se rompe cuando el personaje británico dice "Ella siempre quería irse. Esa cadena es necesaria"... esta pequeña escena, en un instante nos derrumba a un misterio incomprendido.

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  20. “La mano” es un cuento de Maupassant en el que un grupo de personas se encuentran reunidas hablando sobre un caso misterioso (Saint-cloud), ante la situación las personas que se encuentran allí dicen que podría tratarse de algo sobrenatural sin embargo el magistrado principal da su explicación de la manera más racional, pero algunas mujeres dicen que la explicación no es suficiente y por ello el magistrado se ve obligado a narrar una situación que también pudiera ser mística pero a la cual se le debe buscar una solución lógica así no le guste al espectador.

    Empieza Maupassant situando un personaje enigmático del cual no se conoce mucho y sólo un juez desea aventurarse para observar lo que ocurre, y es de resaltar que este magistrado siempre busca explicar la resolución de los casos desde el ámbito más lógico posible, sin darle rienda a lo místico o sobrenatural. Las descripciones que realiza el magistrado sobre la casa en que se encontraba sir John Rowell son realmente detalladas, no se le escapa nada: su forma de hablar, moverse, vestir, sus colecciones, la mano…

    La forma tan directa en que habla sir John Rowell explicando la mano del enemigo es meramente placentera porque dibuja con letras una visión que dice mucho, que obliga al lector a imaginar cada detalle, incluso el eterno misterio de el por qué Rowell parecía que previniera un ataque o incluso quién escribía y que decían las cartas que le habían visto quemar. Esto es muy importante ya que sin duda Maupassant solo le entrega al lector trazos para desplegar un sin fin de acontecimientos, para que sea uno quien se encargue de imaginar eso que él no nos cuenta, aquello que enmarca el clímax de la historia.

    Sobre el final debo decir que no es para nada convencional, desde el principio el magistrado dice que es racional y efectivamente le haya una explicación racional para no obligarse a dar pie a lo sobrenatural. Sin embargo, es consciente de que la explicación que le atribuye a la muerte de Rowell da pie para explicaciones irracionales, es por ello que nos encontramos ante un final exquisito que gira sobre “la vendetta”.

    Mi elección es sobre este cuento, aunque debo decir que es un poco difícil decir que un cuento es más llamativo que otro, sin embargo este cuento me ha impactado considerablemente. Me gusta la manera en que el autor maneja la historia contando sobre los recuerdos de uno de sus personajes, este estilo es muy agradable ya que requiere de una minuciosa lectura para entender que leeremos el recuerdo de un caso.

    Este es un cuento que realmente merece ser recomendado, posee el placer del texto que Barthes reclama, es diferente, da garantía de que el lector va formar parte de la imaginación del autor, va continuar con los trazos que nos deja Maupassant, un cuento verdaderamente irresistible.

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  21. Comentario sobre Aparición/ Guy de Maupassant

    Henry René Albert Guy de Maupassant es uno de los más grandes cuentistas y representantes dentro de la historia de la literatura. Nace en el año de 1850 y muere en 1893. Su obra puede definirse en el marco de lo desequilibrado, cabe mencionar que sus días concluyeron en un manicomio. Su infancia fue mediada por las constantes discusiones neuróticas que tenían sus padres que desembocaron en el abandono inminente de su padre además de que su hermano fue tentado por el suicidio.
    Maupassant vive una crónica del desarraigo al verse despojado de su figura paterna. La vida de la familia Maupassant se compone de una existencia desoladora y absurda, que en cierta medida forma la obra del alma fantástica de un melancólico y taciturno escritor de mundos fantásticos poblados de presencias magnéticas; no es difícil deducir que el autor buscaba afirmar toda esa emotividad, ese miedo que precedió el final de sus días, por medio de la escritura y la experiencia personal y hostil que acompaño su existencia.
    En cuanto a su obra hay una fuerte influencia por el mundo de la superstición. El miedo es el caso más contundente en la obra de Aparición, escrito en 1883 y que se ha ganado un merecido respeto dentro del género clásico de la literatura sobrenatural o de terror. Aparición tiene un inicio donde el narrador afirma que los hechos son realmente verdaderos, plantea la realidad y lo fantástico como dos factores inseparables:
    Se hablaba de secuestros a raíz de un reciente proceso. Era al final de una velada íntima en la rue de Grenelle, en una casa antigua, y cada cual tenía su historia, una historia que afirmaba que era verdadera. […]
    El cuento nos relata la vivencia pasada de un anciano que finalmente después de tanto tiempo logra comunicar un maravilloso y terrorífico secreto ya que a su edad no hay temor de nada. El anciano relata que hace mucho le hizo el favor de reclamar unas cartas de amor a un viejo amigo que perdió a su esposa debido a un amor desbordante que causó su muerte. El hombre ve al espectro que más adelante le pide que peine sus cabellos. Sucede una aparición. La narrativa del fantasma es el misterio que adorna la obra:
    ‘’Una mujer alta vestida de blanco me contemplaba, de pie detrás del sillón donde yo había estado sentado un segundo antes’’
    El escrito se destaca por contener una narrativa permeada de misterio, que lleva al lector de la mano a un escenario, que lejos de caer en lo escabroso y fúnebre, logra hacer que su lectura lo sacuda y ubique en un lugar donde la historia es más ágil, más elegante, cargada de nerviosismo narrativo, recurso igualmente encontrado en el estilo de Poe, donde el elemento fantástico aparece mostrando la figura del fantasma como parte de la cotidianidad de los personajes que expone en sus obras, en especial en Aparición.
    ¡Mis miembros sufrieron una sacudida tal que estuve a punto de caer de espaldas! ¡Oh! Nadie puede comprender, a menos que los haya experimentado, estos espantosos y estúpidos terrores. El alma se hunde; no se siente el corazón; todo el cuerpo se vuelve blando como una esponja, cabría decir que todo el interior de uno se desmorona.
    El terror en la prosa de Maupassant surge de lo cotidiano y forma parte de la realidad fantástica. No quiere decir que el autor se oponga a lo real, al contrario, lo real sigue creándose constantemente y es la realidad que configura la prolongación de lo cotidiano.
    ‘’No creo en los fantasmas; sin embargo, desfallecí bajo el horrible temor a los muertos, y sufrí, ¡oh!, sufrí en unos instantes más que en todo el resto de mi vida, bajo la irresistible angustia de los terrores sobrenaturales’’
    Al final del tenebroso relato el protagonista nos deja con el sabor sucinto de una curiosidad despertada por la aparición. Pasan los años y el anciano no sabe absolutamente nada acerca del acontecimiento fantasmal que marco terriblemente su existencia. El magnetismo vuelve y es la única explicación a estos hechos sin sentido.

    Angie Rodríguez- Código: 20131160107
    Literatura Fantástica.

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  22. El suicidio es un tema que quizá a mala forma se trata como un delito, como un atentado, una blasfemia que cicatriza la impunidad de las personas. Maupassant en “La dormilona” expresa por medio de un sueño, la realidad del sentir y la acción de un acto como este, pues contrario a la cobardía, cualquiera de las formas para matarse es una forma para hallar valentía en la desgracia.
    Inicia con sus profundas descripciones, mostrando el camino que dirige a la libertad, un respiro de naturaleza: en medio de árboles, aguas, colores verdes, un abismo al que entra un ser humano contrario al dibujo común de la muerte; instantáneamente pensé en el famoso salto del Tequendama, típica cascada que ha guardado durante años los gritos y voces de los “condenados”, pero la apariencia no deja pensar en los secretos dejados por cada ser; pareciera que la frescura de las hierbas tapara la oscuridad de las almas.
    Maupassant tiene el poder de trasladar a los contrastes y a la sangre, al dolor, a la crudeza, pues luego de resignificar la vida con el paisaje, enumera cada manera que posibilita el suicidio: ahorcarse, botarse de lo alto, cortarse, ahogarse, afixiarse, con una, dos o más balas…ahora nos invita a pensar en sus razones, razones que no se alejan de la realidad, cuanto no abran sufrido y cuánto desespero en el vaivén de vivir o morir, ¿vivir o morir?, ¿vivir o morir?, nos hace sudar estar en su lugar; el mismo escritor lo expresa:“¡cómo he muerto con su muerte!”, en definitiva, reconocer sus angustias, es compartir sus razones.
    Como combina las palabras para explicar que los que suicidan son unos héroes, con más fuerza que ninguno, con nada pero al final con todo ¿por qué obligar a vivir al que no quiere? ¿Por qué juzgar al que no se ayudó a vivir, pero si se llora al morir? Es este autor un creativo de los momentos, construye en pocas líneas un nuevo lugar que nos hace falta: la “Institución de muerte voluntaria”, allí la imaginación y la fantasía, describen un rincón en la ciudad en donde los preocupados, le muestran el verdadero camino a seguir cuando cualquiera se siente perdido. Por ejemplo, ¿Qué pasaría si en Bogotá existiera esta institución? ¿Si ese sueño se hiciera realidad? ¿Si nos arrebataran la vida sin sufrimiento? El suicidio resulta entonces como el empezar de un gran vivir.

    Yesny Milena Triana Castro
    20112160049

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  23. Guy de Mauppasant: Aparición

    Este relato escrito hacia el año de 1883, presenta una situación enmarcada en un misticismo propio de los cuentos de Maupassant; la historia de un anciano que decide hablar acerca de un evento de su juventud que lo ha marcado para siempre, muestra un tipo de terror personal:
    “Sí, sufrí un horrible temor durante diez minutos, de una forma tal que desde entonces una especie de terror constante ha quedado para siempre en mi alma.”
    La desesperación por la pérdida repentina de la amada justo en el momento donde experimentan la mayor felicidad, es una de las pasiones humanas que así como el temor , también caracteriza los personajes creados por Maupassant , la huida con el fin de olvidar; en Aparición un hombre enamorado locamente pierde a su esposa y decide marcharse para abandonar cualquier rastro de ella ;
    “Él había abandonado su casa de campo el mismo día del entierro, y había acudido a vivir a su casa en Ruán. Ahora vivía allí, solitario y desesperado, carcomido por el dolor, tan miserable que sólo pensaba en el suicidio.”
    En “La Muerta” la situación es similar un hombre atormentado huye después de que extrañamente muere su amante.
    A partir de esta situación se desarrolla la historia central, pues encargado de recoger unos sobres en la casa donde en palabras del personaje “habitaba la felicidad” se encuentra con un evento que constituye un encuentro entre la realidad y la fantasía, la aparición del espectro de una mujer que le pide aliviar su dolor mientras la peina, parece un acontecimiento sobrenatural, el miedo a lo desconocido y la duda sobre la propia consciencia en ese estado de soledad, se ven allí reflejados,
    “...Entonces, durante una hora, me pregunté ansiosamente si no habría sido juguete de una alucinación. Ciertamente, había sufrido una de aquellas incomprensibles sacudidas nerviosas, uno de aquellos trastornos del cerebro que dan nacimiento a los milagros y a los que debe su poder lo sobrenatural.”
    Sin embargo regresa una seña real de la aparición que encierra aún más esa atmosfera de misterio que envuelve el cuento, y que permite observar la dicotomía temor-conocimiento propia de la época de Maupassant;
    “ ¡La chaqueta de mi uniforme estaba llena de largos cabellos femeninos que se habían enredado en los botones!”
    Esta aparente ensoñación que ha marcado al anciano es causada por el miedo a lo que no es comprensible por medio de la lógica humana, pues la aparición de la mujer y la desaparición del hombre no dejaba indicio alguno para poder explicar lo sucedido:
    “Y, tras cincuenta y seis años, no he conseguido averiguar nada. No sé nada más”

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  24. El cuento “la dormilona” de Guy de Maupassant inicia con dos párrafos introductorios en los cuales se desarrolla una descripción de un paisaje, cuyo foco central siendo el río Sena, se muestra rodeado de vida desbordante, ésta descripción sugiere el reverdecer de los seres que se encuentran a su alrededor y una suerte de prosopopeya de la vida que llena el lugar.
    El personaje de ésta narración, que también es su narrador, a lo largo del cuento se adentra en ensoñaciones y reflexiones en torno a la muerte, las mismas ensoñaciones constituyen el centro de la trama del cuento.
    En el inicio de la narración el personaje encuentra una noticia, que al leerla le genera cierta visión horrorosa acerca de las personas de las que allí se hablaba, Maupassant genera imágenes de la terrible muerte auto inducida, del terrible destino que eligieron por su propia mano. De acuerdo con esto se puede señalar que el autor propone idílicamente, en un principio, el florecer de la vida, sin embargo, esto constituye una antítesis con el proseguir de la narración, ya que ella habla más bien de la muerte y de su persecución voluntaria.
    Así, el personaje (que también es el narrador), experimenta el horror, ya que el mismo siente una profunda desazón hacia la vida, la misma sensación de esas personas (señala el narrador) que han perdido a sus seres queridos, a sus seres amados, y con heroísmo y valentía han deseado acabar con todo. El suicidio pues, como salida final a una vida colmada de dolor, una opción que la naturaleza puso como opción, coronada con letras de oro como “la institución de la muerte voluntaria”.
    En la ensoñación del personaje en la cual ingresa a la “institución de la muerte voluntaria” se observa la fantasía de un lugar que es un templo de la muerte, en el donde las personas que lo desean pueden acabar de la manera más agradable con su existencia, ya que al parecer, las formas que se han buscado a lo largo de la historia refleja en los cuerpos el impacto de la muerte. Ésta institución entonces tiene un carácter altruista, ya que le ayuda a la gente a acabar con todo de la manera más digna y menos impactante, incluso el más pobre puede escapar de su desgracia, ya que éstos no pagan nada por un suicidio asistido y pueden escapar de la existencia como adentrándose en una ensoñación; así mismo busca apartar a los testigos, que pueden ser niños de las impactantes muertes auto inducidas por estrangulación, envenenamiento u otras formas ya conocidas y señaladas en la narración.
    En el desenlace de la historia el personaje se deja casi convencer de morir en la dormilona (nombre que recibe el instrumento de extinción de la vida de la institución) y en ese instante su ensueño se esfuma, en ese momento el personaje vuelve a la crudeza de la muerte voluntaria, a enfrentarse a la descripción de un suicidio, una reafirmación del horror y de que la persona que lo perseguía lo realizo suprimiendo el reflejo de apegarse a la vida amarrándose sus pantalones, cosa que hubiese sido imposible dejándose seducir por la dormilona de los sueños del personaje.





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  26. "La dormilona" es un relato que nos adentra en una especie de ensueño donde el personaje reflexiona sobre las diferentes formas de suicidio y las describe con una crudeza visceral que nos hace casi que ponernos en los zapatos de aquellas personas que buscan esa ultima opción para escapar del sufrimiento invivible en el que se convierte la propia vida.El inicio arranca con una descripción de unos paisajes hermosos en los que habita el personaje la llegada del periódico mañanero dando las estadísticas de suicidio crea un salto a la ensoñación donde se trata el tema de la muerte, la muerte es como cruzar una puerta pero los suicidas antes de cruzara sienten un sufrimiento inimaginable. En la tercer etapa del cuento es cuando el personaje cae en otro ensueño y es cuando caminando por las calles de París se topa con "La institución de la muerte voluntaria" un lugar donde van las personas que desean suicidarse y reciben el servicio de una muerte sin dolor mas bien placentera al ser ahogados con un gas al cual se le agregan aromas deliciosos.Se puede notar que Guy de Maupassant siente una fascinación por la muerte, cuya tenebrosa seducción no cesa de celebrar.Parece que el impulso de la muerte está en el corazón del ser humano, del que constituye su motor secreto. Lo fantástico en este cuento se recubre con tintes de realidad e ensoñación al leer "La dormilona" sientes una verosimilitud en las reflexiones sobre el dolor que sientes los suicidas al quitarse la vida y el confort que "la institución de la muerte voluntaria" da a quienes toman esta opción definitiva esa verosimilitud está en el hecho de que el suicido es un tema cotidiano pero también un tabú.

    Carlos Aguilar.
    codigo: 20102160019

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  27. ¿El?, Guy Maupassant, nos revela esos miedos constantes a los que a veces la soledad nos hace enfrentar, me identifico con ello, porque creo igual que él, que la mente nos juega una mala pasada, haciendo ver y sentir que no estamos solos, no le temo a la soledad por el contrario me gusta mucho, pero ello no deja de ser un poco estremecedor e intrigante.
    Los hechos que se presentan en el cuento son muy bien descritos, permitiendo al lector adentrarse en el relato y hacer parte de ello, creo, que si el cuento lo leyera en una soledad absoluta, esa soledad ya no sería tan acogedora, daría un vuelco rotundo, el espacio, la imaginación, el tiempo, los objetos, todo lo que este a mi alrededor.
    Desde que inicia la historia hasta que finaliza, el protagonista del cual no conocemos su nombre, se pregunta y al mismo tiempo se responde, dejando pensar que está loco o algo similar, lo que más adelante a través de las líneas demuestra su gigantesco miedo a la soledad y el afán incalculable de casarse, es allí donde se logra entender su relato, no por amor, sino por tener a su lado una compañía, es por ello también, que su deseo por las mujeres no es más, que la lucha por despejar esos pensamientos tormentosos a través del placer y la satisfacción, del cuerpo y de la mente.
    Todo gira en torno a un deseo y a la necesidad de satisfacerlo, el deseo de acabar con la soledad, para lograr un bien absoluto.

    Gina Alexandra Muñoz
    20092160059

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  28. La Cabellera_
    La medicina lo catalogó, lo puso clínicamente en un estado erótico, obsceno, y macabro por ser de tipo necrofílico. Un loco por demostrar su amor a un tal vez, a una mujer de antaño que pudo haber sido hermosa en un "beso inmortal". Un loco que es atraído por el pasado, ya que el presente lo asusta y asegura del futuro sólo es muerte. El personaje es un coleccionista que amaba los objetos clásicos; de épocas olvidadas para los que lo rodeaban. De cada objeto formaba una idea, un pensamiento que no se iba tan fácilmente, esa relación con los objetos que coleccionaba hacía posible crear un sin número de variantes historias; el quizás de un objeto antiguo, con una posible historia de su origen, hacía que el personaje despertará sentimientos como lo harían un par de enamorados, cada vez que admiraba o inspeccionaba el objeto, sentimientos amorosos. Se mira al objeto, y éste, poco a poco, lo seduce lo turba lo invade como lo haría un rostro de mujer.
    Y en una de esas inspecciones, en una de esas observaciones amorosas sobre un mueble que había adquirido, se sorprendió al encontrar una pequeña cámara secreta, donde reposaban unos cabellos. Nuevamente un sinfín de tal vez, de posibles orígenes lo conmovieron.
    Maupassant, revive en sus personajes el problema de ser sin máscaras, máscaras que la sociedad promueve en sus distintas relaciones; hombres que rondan los 80 años de edad, personajes casi siniestros que van contando qué ven del mundo según el filtro de su locura. En éste caso la locura es esa necesidad de poseer, una necesidad “…débil al principio, como tímida, pero que crece, se hace violenta, irresistible…” El querer alimentarse de esas sensaciones hace que el personaje vea en los objetos una forma de experimentar el amor que los demás experimentan; sin saber que ese amor, para los que están clínicamente cuerdos, es una de las tantas formas de catalogar la locura. Al final, el personaje es un objeto de colección, un objeto que se debe mantener aislado; el coleccionista es ahora el objeto, el estudio que se le hace de él, para saber cuál es el porqué de su locura es un diario. En él, se detalla cómo las percepciones son cada vez más intensas, cada vez más cercanas al objeto. Las preguntas que genera el objeto, la cabellera, hacen del objeto una necesidad, es la necesidad de estar siempre con el objeto, la cabellera, lo que instaló al personaje en el centro de la atención de los demás; quería que el objeto fuera parte de su vida cotidiana. Esa necesidad de demostrar ante todos que tenía para sí el amor que todos también tenían, y sin máscaras fue puesto a la mirada de la medicina. El final reconoce en el narrador, otro más que puede llegar a esa anomalía pero que la privacidad hace de esos anómalos, sujetos a salvo de la locura que dictaminan los demás.

    William Andrés Ayala Duarte

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  30. APARICIÓN

    Al leer este breve cuento de terror me he convertido en un lector que al pasar sus ojos por cada palabra se encuentra con una sensación de vértigo y angustia, sensaciones que claramente sólo pueden experimentarse con este tipo de autores que se encargan de llevarte a un mundo profundamente desequilibrado, donde priman las obsesiones por la muerte y lo sobrenatural.

    Autores como Guy de Maupassant quien siempre se mantuvo en el límite de la locura o al menos así lo hizo hasta fallar en varios intentos suicidas y ultimar sus días en un manicomio; logró cautivar mi atención, pues sus historias, generalmente, se encuentran sumergidas en otras historias, es decir, un cuento metido en otro cuento y este aspecto inicial me da la sensación de que sus historias tienden a ser contadas por personas que están en las últimas etapas de su vida y cuentan dichos relatos para no callarse en la eternidad tal experiencia y porque además estos sucesos no suelen ser comunes en la cotidianidad o vivencias de la modernidad.

    El segundo aspecto importante que quisiera resaltar de este cuento se centra en el final del mismo, pues la mayoría de cuentos terroríficos que han sido creados a lo largo de la historia de la literatura se encuentran con un final confuso e inesperado, dándole con esto un papel al lector, pues éste entrará en un constante cuestionamiento basado en su imaginación que le permitirá o al menos le ayudará a divisar una posible interpretación del final.

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  31. COMENTARIO SOBRE UN CUENTO DE GUY DE MAUPASSANT

    LA MANO


    Resulta interesante y un tanto misterioso entender como el autor utiliza un lenguaje sutil y descriptivo para contar historias de carácter policiaco, la mano deja ver un relato de tipo eurocéntrico, en el que los africanos y americanos no se les consideran personas, solo esclavos. Un inglés llamado John Rowell fue asesinado al parecer por una mano que corto de un indígena americano, este hablaba de forma tranquila sobre la cacería de animales y también de personas, ya que según sus relatos estuvo en África y América durante unos años, el juez quien lo está investigando cuenta a un grupo de mujeres curiosas y temerosas sobre como fue encontrado el cuerpo del inglés, según la explicación, los acontecimientos son de carácter sobrenatural o inexplicable, ya que los investigadores no encontraron nada que comprobara una muerte violenta con otra persona, según estos parece que “lo mato un esqueleto”, y según el testimonio del empleado del inglés, un francés de Marsella, constantemente este peleaba con alguien que no veía, mantenía una fusta y armas cargadas cerca de sí mismo para defenderse, pero nada de esto fue suficiente, lo más interesante es que el juez se deja llevar por sus miedos más internos gracias a lo extraño del crimen y sueña tres veces con la mano corriendo por su alcoba como un escorpión listo para atacarlo….¿A quién habrá asesinado el inglés para que este a pesar de tener su mano encadenada no lo dejara en paz nunca, y vengara su crimen?.

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  32. Ficción, realidad, delirio de la existencia humana...
    Entre otras innumerables cualidades que se me cruzan por la cabeza al leer un texto de Guy de Maupassant. Es claro que su constante devenir en los textos son las diferentes angustias humanas, el existencialismo constante que nos rodea y la manera en que la evadimos o neutralizamos para seguir con la cotidianidad de nuestras vidas, ahora bien, es importante entender que el autor no toma a la ligera estas perspectivas, por el contrario, es tal su preocupación que en vez de enajenarlas, de alejarlas de su ser, las entraña de manera tal que las vive, las hace propias y las materializa a través de sus textos. No obstante, es tal su lucha, su defensa, su temor y a su vez su valentía de enfrentarse con estos demonios (demonios comunitarios, públicos) que los aviva en cada escrito, tanto es así que nos acerca, nos atrapa en cada uno de los diferentes textos en los que relata y describe la existencia y la fragilidad humana. ¿Delirio, locura? Son términos que son de vital importancia y que reclaman la necesidad de ser evaluados desde el punto de vista de Maupassant, ¿A qué llamamos delirio? ¿Quién dicta los parámetros de cordura y buen vivir? ¿Son en realidad necesarios estos parámetros? Preguntas que son ineludibles al leer un texto de Guy, que sí bien los replantea, los reconstruye a través de los diferentes textos que hacen un retroceso sobre las acciones y determinaciones de juicio a nivel humana. Al igual que Poe, muestra su preocupación sobre las diferentes conductas humanas, los reproches, los diferentes problemas cotidianos y los más mínimos detalles que hacen parte de la cotidianidad humana, pero ¿Hasta dónde son contemplativos en el plano de la cordura? ¿Hasta dónde pueden eludirse sin tener repercusión alguna? ¿De qué manera sobre llevamos las cargas semánticas, emocionales, pragmáticas del mundo que nos rodea? Son cuestiones que se piensan, se re construyen y de construyen a partir de los textos del autor.

    Reflexionar sobre los textos del autor hace re plantearnos los cuestionamientos básicos del ser humano; el trabajo, el proyecto de vida y un sinfín de dogmas impuestos a partir de un ordenamiento social, pero ¿Hemos estado postergando lo que realmente debe ser relevante y debe tener importancia?

    ¿Me he vuelto loco?

    Me he dicho: «Estoy rodeado de cosas desconocidas.» He supuesto al hombre desprovisto de orejas y he supuesto el sonido como suponemos tantos misterios ocultos; el hombre constata fenómenos acústicos cuya naturaleza y procedencia no podría determinar. Y he tenido miedo de todo lo que me rodea, miedo del aire, miedo de la oscuridad. Desde el momento en que no podemos conocer casi nada, y desde el momento en que todo es ilimitado, ¿qué es el resto? ¿No es el vacío? ¿Qué hay en el vacío aparente?

    Y ese terror confuso de lo sobrenatural que acosa al hombre desde el nacimiento del mundo es legítimo, porque lo sobrenatural no es otra cosa que lo que permanece velado para nosotros.

    Entonces he comprendido el espanto. Me ha parecido que rozaba constantemente el descubrimiento de un secreto del universo.

    He intentado aguzar mis órganos, excitarlos, hacerles percibir por momentos lo invisible.

    ¿NOS HEMOS VUELTO LOCOS? ¿O NOS HACE FALTA LA LOCURA?

    -Yinara Hernández Camargo
    - 20111160002

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    Respuestas
    1. ermanezco horas, noches, días y semanas delante del espejo esperándolo. ¡Ya no viene!

      Ha comprendido que yo lo había visto. Mas yo sé que lo esperaré siempre, hasta la muerte, que lo esperaré sin descanso, delante de ese espejo, como un cazador al acecho.

      Y en ese espejo empiezo a ver imágenes locas, monstruos, cadáveres horribles, toda clase de bestias espantosas, de seres atroces, todas las visiones inverosímiles que deben acosar la mente de los locos.

      Ésta es mi confesión, querido doctor. Dígame qué debo hacer.

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