Sueño de París o Sueño parisiense es uno de los poemas más significativos de los incluidos en la segunda parte de Las Flores del Mal, titulada Cuadros de París. En el sueño el poeta presencia un paisaje terrible y admirable, pleno de magia, y en donde no aparece ningún elemento vegetal. Solo aparecen en él tres elementos: el metal, el agua y el mármol.
El mundo descrito por el poeta es su sueño no corresponde a ningún espacio del mundo real, sino al mundo de las obras de arte: el oro de las imágenes, el mármol de los palacios encantados, el agua, los lagos y los mares de las leyendas fantásticas, y que los románticos habían asociaban con los viajes en barcos embriagados de locura; en el sueño abundan los océanos distantes, las piedras mágicas de Oriente, la estatuaria que reproducía en medio de fuentes y cascadas artificiales la mitología antigua y la belleza olvidada.
Se trata de un mundo creado por el sueño, por la fuerza de la voluntad, que no brilla por la existencia de astros, sino que destella por su propia naturaleza en donde la luz deriva de la extraña lucidez perniciosa que producen las obras de arte.
Todo es de una belleza dolorosa. En medio del sueño, se habla de la monotonía embriagante, de murallas metálicas, de estanques dormidos en donde se miran náyades gigantes, de un universo que se extiende por miles de leguas, del hielo absorto, de Ganges taciturnos. Todo apunta a lo bello, a lo grandioso y al mismo tiempo al abatimiento; pese a lo luminoso, el poeta recorre estos mundos silenciosos que se despliegan impávidos ante su mirada.
¿Qué ve el poeta al terminar el sueño? ¿Qué observa al despertar? El poeta habla del horror de su cuarto, de la inquietud que lo aguijona y del péndulo (de un reloj) que le recuerda que es pleno mediodía. Y sin embargo, el mundo, el real, no el del sueño, sigue sumido en la oscuridad.
En los cuatro poemas que Baudelaire titula Spleen, en la primera parte de la obra, Baudelaire ofrece cuatro retratos de ese mundo de pesadumbre en donde languidece el alma del poeta. Pero, ¿acaso el mundo del arte ofrece al poeta una salida? ¿Qué revela un poema como este sobre la condición del poeta? ¿Qué otros poemas de Baudelaire ahondan en este mismo sentido? ¿De qué crisis y agonías habla el poeta?
