Por Mayra Acuña, Amanda López, Nancy Chaves y Magglioni Guiral
Roald Dahl, escritor y guionista británico, quien a través de su obra proyecta humor y magia. En sus relatos se abordan temas en donde se cuestiona los estereotipos y esquemas de la familia y la escuela, y lleva a cabo una crítica al mundo que han construido los adultos. En sus novelas y cuentos juega un papel importante el mundo visto desde la mirada crítica de los niños.
Entre sus obras hay textos infantiles, juveniles y para adultos. Entre ellos se destacan: James y el melocotón gigante (1961), Charlie y la fábrica de chocolate (1964), Charlie y el gran ascensor de cristal (1973), Cuentos en verso para niños perversos (1982), Matilda ( 1988). Cabe mencionar que gran parte de las obras de Roald Dahl, fueron adaptadas al cine magistralmente por el famoso Tim Burton.
Cómo hablar de lo distintivo en las obras de Roald Dahl, sin mencionar el cuento Las brujas, un antirrelato de las historias clásicas para niños, pues desde el inicio del cuento se aclara que “éste no es un cuento de hadas” (Dahl; 2002: 2). Y es cierto, es un cuento realmente diferente, la historia del niño ratón, quien narra sus hazañas, sin jamás mencionar su nombre, ni el de su compañera de aventuras. La abuela será a través de sus palabras que se conocerá a las "brujas de verdad", no las imaginadas con sombreros puntiagudos, trajes negros, grandes calderos y sus constantes paseos en escobas, sino a unas mujeres comunes. “Viven en casas normales y hacen trabajos normales” (Dahl; 2002: 2), ésto las hace difíciles de identificar, abriendo la puerta a posibilidades tales como la suegra, la vecina, la enfermera, la administradora o la profesora.
Sin embargo, el niño ratón puede verlas sin su disfraz de mujeres normales, ello causa su transformación en ratón, pues no logra escapar de sus hechizos; que no son como los conocidos, en éstos se mencionan sustancias poco usuales para los seres humanos, aquí se habla de la fórmula 86 Ratonizador de Acción Retardada, la cual está conformada por elementos de uso cotidiano,pero se le da otra finalidad: “Lo único que hay que hacerr si quierres que un niño se vuelva muy pequeño es mirrarrle por un telescopio puesto del rrevés… y lo cocéis hasta que esté blando” (Dahl, 2002: pág. 43).
Y si se esperaba un… "Y vivieron felices para siempre", este cuento tampoco lo tiene, pues el niño nunca retorna a su forma humano. Sigue viviendo como un niño ratón, incluso el niño prefiere su nueva apariencia “¿Y qué tiene de maravilloso ser un niño, después de todo? ¿Por qué ha de ser, necesariamente, mejor que ser un ratón? (…) Cuando los ratones se hacen mayores no tienen que ir a la guerra y luchar con otros ratones. Todos los ratones se llevan bien. La gente, no.” (Dahl; 2002: 55)
El protagonista de esta historia no sufre por su hechizo, ni busca cura para cambiar; el niño ratón decide continuar junto a su abuela en su aventura contra las brujas, porque aunque venció algunas brujas, son muchas las que falta por destruir “¡Pero tienen que desaparecer! —grité—. ¡Seguro que sí! —Me temo que no —dijo (…) —Cuando muere una abeja reina, siempre hay otra reina en la colmena, preparada para tomar su puesto” (Dahl; 2002:94); es decir, este relato no termina allí…
El protagonista de esta historia no sufre por su hechizo, ni busca cura para cambiar; el niño ratón decide continuar junto a su abuela en su aventura contra las brujas, porque aunque venció algunas brujas, son muchas las que falta por destruir “¡Pero tienen que desaparecer! —grité—. ¡Seguro que sí! —Me temo que no —dijo (…) —Cuando muere una abeja reina, siempre hay otra reina en la colmena, preparada para tomar su puesto” (Dahl; 2002:94); es decir, este relato no termina allí…
Debe continuar en cada uno de los lectores de las obras de Roald Dahl, que puede interpretar o cuestionar acerca de: ¿Qué otros elementos se pueden rescatar de la lectura de cuentos como: Matilda, Charlie y la Fábrica de Chocolate? Y ¿Por qué es importante leer a Roald Dahl en la escuela?